Actualmente, es estadísticamente mucho menos probable que nos caiga un piano en la cabeza que un satélite espacial.
Seguramente, la ironía no bastará para hacer recapacitar a la especie, pero vaya si es emblemática: el satélite UARS ( Satélite de Investigación de Alta Atmósfera ),
de unas seis toneladas de peso, parte del vergonzante cinturón de basura espacial que supimos conseguir alrededor de nuestro único planeta,
se precipitará y nadie tiene la menor idea de dónde podrá caer, lo cual no excluye su cabeza ni la mía.
La atmósfera se encargará de desintegrar una buena parte del armatoste, pero unas 20 piezas de buen volúmen seguramente sobrevivirán ( y eso multiplica por 20 las posibilidades de nuestras cabezas ) y caerán en algún lugar entre los paralelos 57 de Latitud Norte y 57 de Latitud Sur.
Los científicos aseguraron ( y eso nos pone aún MÁS nerviosos ) que las posibilidades de que estos restos hieran a una persona son mínimas, y que no se tienen noticias de que algo así haya ocurrido nunca.
La NASA informó que sigue de cerca ( ¿? ) la trayectoria del satélite que fue diseñado para medir los cambios atmosféricos y los efectos de la polución y puesto fuera de servicio en 2.005, esperándose que impacte en la atmósfera el próximo viernes 23 de setiembre
La NASA informó que sigue de cerca ( ¿? ) la trayectoria del satélite que fue diseñado para medir los cambios atmosféricos y los efectos de la polución y puesto fuera de servicio en 2.005, esperándose que impacte en la atmósfera el próximo viernes 23 de setiembre 
( inicialmente, se calculaba para fines de setiembre o principios de octubre, pero un fuerte aumento de la actividad solar ha acelerado los tiempos, según explicó el organismo basural...perdón, espacial norteamericano ).
1 comentario:
Y ahora? decime donde nos metemos la NANO y la MICRO tecnología con los transformers que se nos caen en la cabeza!!!!!!
No hay vuelta que darle, el pasado hace al futuro, y la estupidez humana a las catástrofes auto infligidas por ignorancia.
Publicar un comentario