El trailer de la película "Battle Los Angeles" que se estrenará el próximo 11 de marzo, indudablemente busca hacer ruido y lo logra eficientemente desde varios flancos.
Uno de ellos es el que, en la promoción, reza: "basado en hechos reales".
Este título, más el sugestivo afiche que evoca un episodio OVNI concreto acontecido precisamente en la ciudad de Los Angeles en 1942, busca generar una cobertura y una polémica amplia sobre el fenómeno UFO, comenzando por la afirmación contundente de que se trata de "hechos reales".
El productor del film ha declarado al respecto que "los sucesos reales sirven para anclar la película.Decidimos que todas las apariciones previas de OVNIs eran misiones de reconocimiento que preparaban el terreno para una invasión."
Este "enviroment" previo al estreno adobado por declaraciones como la transcripta previamente, tiene toda la intención de "agitar"el entorno existente alrededor de este fenómeno, además de confirmar contundentemente que los OVNI son en sí mismos y empíricmanete, un hecho científico e histórico, más allá de los obvios y sucesivos encubrimientos gubernamentales y la increíble ingenuidad de la opinión pública en general, pese a la existencia de casos tan espectaculares, obvios y masivos como se han registrado a través de los últimos 70 años, lo cual no hace más que demostrar nuestras teorías sobre los comportamientos irracionales y las distorsiones de procesamiento basados en falacias psicológicas que solemos cometer a través de erróneas certezas corroborativas y auto - fraudes intelectuales mientras estén inducidas presentándolas dentro de un determinado contexto que sugiera seguridad y autoridad. Confiamos más en las formas que en los contenidos. Es un error reduccionista y fatal, que desvirtúa permanentemente nuestra objetividad, entregando nuestra voluntad a quienes de esa manera logran hacernos el mayor daño con el mínimo esfuerzo.
Oficiales militares argentinos afirmaron rotundamente en rueda de prensa en la década del 70 que los OVNI existen y que su país poseía pruebas irrefutables de ello.
El parlamento británico efectuó por primera vez en la historia el pasado año 2010 un debate dedicado exclusivamente al fenómeno OVNI.
Los archivos del fenómeno lenta pero inexorablemente van desclasificándose país por país.
Podría decirse que sólo falta dar el paso esencial al "Gran Hermano" del planeta, los Estados Unidos, NASA y Fuerzas Armadas incluídas.
Algunas señales ya se han producido en su territorio: El año pasado, siete oficiales militares estadounidenses celebraron una conferencia de prensa proclamando su convicción de que los OVNI habían visitado varias bases de armas nucleares de EE.UU.
El Capitán Robert Salas, fue uno de ellos, protagonista de un caso emblemático:
En 1967, fue destinado como oficial de lanzamiento de misiles en la Base Aérea Malmstrom en Montana. Su deber era permanecer en una cámara subterránea sellada desde donde, en caso de guerra, sería capaz de lanzar misiles nucleares.
El 24 de marzo de ese año, recibió un informe de los controladores de radar del ejército sobre el vuelo de un enorme objeto de forma ovalada, de color rojo brillante.
Salas admite que nunca vio el OVNI ( estaba encerrado bajo llave y no podía salir del centro de mando ), pero sí puede certificar con toda seguridad que los diez misiles que estaban bajo su supervisión de repente misteriosa y simultáneamente se volvieron no-operacionales. De alguna manera, software y hardware que comandaban los misiles fueron anulados remotamente.
Salas admite que nunca vio el OVNI ( estaba encerrado bajo llave y no podía salir del centro de mando ), pero sí puede certificar con toda seguridad que los diez misiles que estaban bajo su supervisión de repente misteriosa y simultáneamente se volvieron no-operacionales. De alguna manera, software y hardware que comandaban los misiles fueron anulados remotamente.
Esto requiere, además de una habilidad tecnológica extrema, la capacidad para penetrar sesenta y cinco pies de piedra, un triple blindaje y un algoritmo de passwords gigantesco. Además, los comandos de los diez misiles eran independientes entre sí, por lo cual se requería además diez acciones descomunales como las descriptas, simultáneas y diferentes para desactivarlos masivamente. Salas destacó que en toda su carrera como oficial de lanzamiento de misiles jamás había visto que se desactivara ni siquiera un solo misil, y ni hablar de los diez a la vez. Es una historia extraña, y no hay una explicación convincente, a lo que se agrega el hecho de que de ninguna manera se trata de un incidente aislado: otras bases también han experimentado la desactivación simultánea de todos sus misiles coincidiendo con la aparición de objetos no identificados en el espacio aéreo.
Estas desactivaciones de misiles han sido admitidas por la Fuerza Aérea sobre la base de documentos que han sido desclasificados.
Si esto significa que los aliens manipulan a su antojo nuestras armas nucleares, entonces las insistentes declaraciones de La Fuerza Aérea norteamericana sobre que " definitivamente los OVNIs no han afectado a la seguridad nacional", resulta harto difícil de sostener.
En todo caso, correspondería decir que los OVNI no han afectado la seguridad de los humanos... porque así lo han decidido ellos.
Otro caso emblemático fue el que protagonizó el coronel retirado Charles Halt ( otro de los militares presentes en la conferencia de prensa ), el cual ya anticipamos el 04/03/2011 en nuestro post sobre la desclasificación de archivos OVNI británicos.
Halt se desempeñaba como Comandante Adjunto en la Base Británica Bentwaters, que oficiaba como Ala de Combate Táctico de la Fuerza Aérea de los EE.UU. durante la Guerra Fría. En las primeras horas de la mañana después de la Navidad de 1980, hubo informes de extrañas luces rojas, verdes, azules y blancas en el bosque cercano a la base .
Tres aviadores fueron enviados a investigar...y aquí cae un muy oscuro manto sobre la historia. Durante más de una hora, los tres aviadores desaparecieron sin comunicarse con la base y todavía se desconoce exactamente lo que sucedió con ellos durante ese tiempo muerto. Los hombres reaparecieron en estado de shock y lo último que recordaban era haber visto una pequeña nave triangular con seres extraños en su interior, y haber tratado de perseguir a los mismos.También recordaban haber escuchado el gemido de animales de granja y domésticos que se encontraban en las inmediaciones como si hubieran entrado en estado de pánico. Nada más. Algunos se sometieron a hipnosis regresiva, y las cosas que relataron en tal estado permanecen clasificadas. Dos noches después las luces fueron vistas nuevamente y esta vez el Coronel Halt dirigió personalmente un equipo para descubrir qué estaba pasando, grabando en vivo todo el acontecimiento.
Vieron luces en el bosque, así como un pequeño objeto volador del tamaño de una pelota de béisbol y dos objetos más grandes de forma elíptica. Luego, los tres desaparecieron. Los operadores de radar aparentemente registraron en esos momentos extrañas interferencias, pero se negaron a admitirlo por miedo a arruinar su carrera.
Halt atestiguó firmemente que los objetos estuvieron todo el tiempo bajo control inteligente, y que creía que eran de orígen extraterrestre.
Vieron luces en el bosque, así como un pequeño objeto volador del tamaño de una pelota de béisbol y dos objetos más grandes de forma elíptica. Luego, los tres desaparecieron. Los operadores de radar aparentemente registraron en esos momentos extrañas interferencias, pero se negaron a admitirlo por miedo a arruinar su carrera.
Halt atestiguó firmemente que los objetos estuvieron todo el tiempo bajo control inteligente, y que creía que eran de orígen extraterrestre.
Durante la conferencia de prensa que dio junto a sus 6 colegas, se le pregunto al coronel Halt que pensaba que ocurriría si seres capaces de desactivar a voluntad nuestras armas nucleares decidieran poner en marcha una invasión.
Halt respondió que, en primer lugar el gobierno probablemente no tiene planes de contingencia para un ataque alienígena, tal vez por el simple hecho de que conoce su enorme ventaja tecnológica y la inutilidad de cualquier intento humano de defensa.
Agregó sin embargo que de todas formas el ejército tuvo setenta años de tiempo para tratar de entender su tecnología - el supuesto accidente de ovni en Roswell en 1947 es el ejemplo obvio aquí - y aplicar una ingeniería inversa para contrarrestarla. Durante gran parte de la presentación, los conferencistas se esforzaron en tratar de recalcar que no estaban necesariamente hablando de alienígenas. Bill Birnes subrayó que el término "objeto volador no identificado" exige no apresurarse a sacar conclusiones, y que se está tratando, por definición, con un objeto que está en el aire y que es desconocido.
Agregó sin embargo que de todas formas el ejército tuvo setenta años de tiempo para tratar de entender su tecnología - el supuesto accidente de ovni en Roswell en 1947 es el ejemplo obvio aquí - y aplicar una ingeniería inversa para contrarrestarla. Durante gran parte de la presentación, los conferencistas se esforzaron en tratar de recalcar que no estaban necesariamente hablando de alienígenas. Bill Birnes subrayó que el término "objeto volador no identificado" exige no apresurarse a sacar conclusiones, y que se está tratando, por definición, con un objeto que está en el aire y que es desconocido.
Sin embargo, fue bastante obvio que el grupo estaba completamente convencido de que los OVNIS están tripulados por extraterrestres, y llegando al final de la conferencia la ambiguedad que intentaron mantener en el inicio había desaparecido casi por completo.
En un momento dado, el capitán Halt afirmó que los extraterrestres nos han estado visitando durante cientos, si no miles de años, y Bill Birnes sugirió que los alienígenas no tenían porqué molestarse en organizar una invasión armada, ya que podían inyectar al planeta el ADN de su propia raza, y transformarlo en una colonia de facto.
Vamos a exponer a continuación dos espectaculares casos ocurridos ambos en Estados Unidos, uno el que evoca la película "Battle Los Angeles" y el otro sucedido directamente sobre la Casa Blanca, y que en seres racionales dejan sólo un mínimo márgen de dudas.
LOS ÁNGELES, 1942 Sesenta y nueve años atrás, en plena Segunda Guerra Mundial, la noche del 24 de febrero de 1942, tres meses después del ataque japonés a Pearl Harbor, en plena paranoia de una invasión japonesa masiva vía la costa oeste de los Estados Unidos, se supo que aeronaves de orígen desconocido se dirigían hacia Los Angeles desde El Pacífico.
LOS ÁNGELES, 1942 Sesenta y nueve años atrás, en plena Segunda Guerra Mundial, la noche del 24 de febrero de 1942, tres meses después del ataque japonés a Pearl Harbor, en plena paranoia de una invasión japonesa masiva vía la costa oeste de los Estados Unidos, se supo que aeronaves de orígen desconocido se dirigían hacia Los Angeles desde El Pacífico.
Durante más de una hora, toda la ciudad entró en pánico y reinó un completo y caótico descontrol. Sonaron las sirenas, se dispuso un urgente apagón total de luces, miles de soldados expertos en baterías antiaéreas fueron movilizados, y finalmente a las 3:16 horas la 37 ª Brigada de Artillería de la Costa comenzó a disparar cerca de 1.500 proyectiles antiaéreos de 5,8 kilogramos cada uno sobre los supuestos objetivos durante 58 minutos ininterrumpidos, mientras los objetos se movían hacia el sur, desde Santa Mónica hacia Long Beach. Aparentemente, las balas no causaron ningún daño a las naves, aunque sí a la ciudad. Volaban demasiado alto para ser globos atmosféricos o aviones, y los cientos de miles de testigos así lo juran, manifestando que los OVNI flotaban y se deslizaban de una manera que sería físicamente imposible a cualquier medio creado por el hombre.
Al día siguiente, apareció ante los medios el secretario de la Marina Frank Knox tratando de explicar que el incidente había sido una falsa alarma producto de la tremenda ansiedad que estaba sufriendo el país en especial quienes vivían sobre la costa oeste, donde
luego de Pearl Harbor se habían producido algunos ataques aislados más por parte de los japoneses.
De hecho, un día antes un submarino japonés había bombardeado el campo petrolero de Ellwood cerca de Santa Bárbara en un ataque bastante disparatado y con muy poco poder de fuego que sólo había dañado una caseta de bombeo y una pasarela ( los daños totales fueron estimados en mil dólares ), no obstante lo cual el comandante japonés del submarino, Kozo Nishino exageró los resultados declarando por radio Tokio que Santa Bárbara estaba en llamas. Hoy llamaríamos a este recurso publicidad viral, pero en los ya hipersensibles ciudadanos californianos sobrealimentó su histeria.
Es decir: Knox no mintió al decir que había sido una falsa alarma, si se estaba refiriendo a una supuesta invasión nipona, pero si semejante histeria en masa incluyó a todo el ejército norteamericano, debió haber alguna razón fuerte.
La explicación inicial de Knox no convenció a la prensa ni al público en general, que había presenciado masivamente el teatro de operaciones, por lo cual posteriormente el Ejército "confesó" que las naves y la batalla habían sido reales, y así lo confirmó el 26 de febrero del año siguiente el Secretario de Guerra Henry L.Stimson. Por su parte, Leland Ford, el representante de Santa Mónica, solicitó al congreso una investigación formal, la cual nunca fue realizada. El General George C. Marshall, en su primera carta al Presidente Roosevelt en la cual le relataba el suceso, escribió que “aviones no identificados… viajaban a velocidades que iban desde ‘muy lentas’ hasta 320 km. por hora y desde 2743 a 5486 metros de altura.” "El número de naves varía según los testigos, entre 9 a 15 o 9 a 25".
También se esparció el rumor de que el General Marshall informó al presidente que el ejército había recuperado una nave aérea no identificada derribada en la costa e indicaba que “los misteriosos aviones no son terrenales y según fuentes secretas de inteligencia son con mucha probabilidad de origen interplanetario.”
También se esparció el rumor de que el General Marshall informó al presidente que el ejército había recuperado una nave aérea no identificada derribada en la costa e indicaba que “los misteriosos aviones no son terrenales y según fuentes secretas de inteligencia son con mucha probabilidad de origen interplanetario.”
La primer investigación oficial del suceso recien fue formalmente realizada en 1983 por la Oficina de Historia de la Fuerza Aérea, y llegó a la conclusión de que, con toda probabilidad, se trataba de uno o varios globos meteorológicos perdidos y que el pánico contagió también a los militares que lo confundieron con algo mucho más siniestro.De Libro y van...
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VIDEOS LOS ANGELES 2
WASHINGTON, 1952 El 19 de julio de 1952 Harry Barnes, un controlador del tráfico aéreo superior notó en los radares del aeropuerto, objetos voladores que no estaban siguiendo ninguna de las rutas preestablecidas.
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WASHINGTON, 1952 El 19 de julio de 1952 Harry Barnes, un controlador del tráfico aéreo superior notó en los radares del aeropuerto, objetos voladores que no estaban siguiendo ninguna de las rutas preestablecidas.
"Supimos de inmediato que se trataba de una situación muy extraña... los movimientos de los objetos voladores fueron completamente radicales en comparación con los de los aviones normales".
Barnes hizo chequear inmediatamente por dos verificadores si el radar estaba trabajando con normalidad, lo cual fue confirmado sin duda.Se comunicó entonces con el centro de Controladores Aéreos del Aeropuerto Nacional, donde su colega Howard Cocklin, le confirmó que él también tenía los objetos en su pantalla, y agregó que mirando por la ventana de la torre de control podía ver incluso uno de los objetos: "una luz de color naranja brillante. No puedo decir qué coños es esto" (Clark, 653).
En este momento fue cuando otros numerosos objetos aparecieron en todos los sectores de los radares, dirigiéndose directamente hacia la Casa Blanca y el Capitolio de los Estados Unidos.
Barnes llamó a la Base Aérea Andrews, situada a 10 km del aeropuerto nacional, donde le informaron que ellos no registraban objetos inusuales en sus radares, pero que un aviador ( William Brady ) les había reportado unos minutos antes el avistamiento de un objeto extraño: "un objeto que parecía ser como una bola de fuego naranja, arrastrando una cola"
En cuanto Brady intentó alertar al resto del personal de la torre, el extraño objeto "despegó a una velocidad increíble" y desapareció en "una fracción de segundo".
Luego observó un similar segundo objeto, pero también desapareció antes que nadie más en la torre lo pudiera ver (Clark, 654). A las 12:30 de la mañana del 20 de julio otra persona en la torre de control del Aeropuerto Nacional informó haber visto "un disco de color naranja volando a unos 3.000 pies de altitud".
En una de las pistas de despegue del aeropuerto, S.C. Pierman, un piloto comercial de la empresa Capital Airlines estaba esperando en la cabina de su DC-4 autorización para despegar. Después de ver lo que él creyó que fue un meteoro , se le dijo que el control de la torre de radar había detectado objetos desconocidos. Pierman observó seis objetos "blancos, de rápido movimiento y con luces brillantes en su parte trasera" durante un período de 14 minutos (Clark, 655). Pierman estaba en contacto por radio con Barnes y éste relató que "el avistamiento de Pierman coincidió con un "pip" en el radar que pudimos ver cerca de su avión". En la Base Aérea Andrews, por su parte, el personal de la torre de control estaba haciendo un seguimiento de lo que se pensaba que eran simplemente estrellas o meteoros, cuando el Sargento Mayor. Charles Davenport observó una luz naranja y roja al sur, que "parecía haberse detenido, y luego hacer un cambio brusco en su dirección y altitud, repitiendo la maniobra varias veces." (Clark, 655). En un momento dado los dos centros de radar en el aeropuerto nacional y el radar de la Base Aérea Andrews coincidieron en el seguimiento de un objeto flotando sobre un faro de radio. El objeto desapareció en los tres centros de radar al mismo tiempo (Ruppelt, p. 160).
A las 3 de la mañana, poco antes de que dos aviones de combate de que provenían de la Base Aérea de Delaware llegaran a Washington, todos los objetos desaparecieron del radar en el aeropuerto nacional. Sin embargo, cuando los aviones se quedaron sin combustible y cambiaron su rumbo para buscar reabastecimiento, los objetos reaparecieron en las pantallas, lo cual convenció a Barnes que "los ovnis estaban haciendo un completo monitoreo de nuestro tráfico aéreo y de radio y actuaron en consecuencia" (Clark, 656).
Los objetos fueron detectados por el radar por última vez a las 5:30 a.m., unos minutos antes de la salida del sol. E.W. Salas, un ingeniero de radio civil en los suburbios de Washington, observó "cinco discos circulares volando en formación con dirección hacia arriba y a la izquierda, enfrentando una subida realmente empinada."
Los avistamientos del 19 al 20 de julio de 1952, fueron titulares de primera plana en los periódicos de todo el país. La Gaceta de Cedar Rapids en Iowa, decía: "platillos voladores sobre la capital" (Michaels, p. 22).
El capitán Edward J. Ruppelt , supervisor de la Fuerza Aérea del Proyecto de investigación sobre el misterio OVNI llamado "Libro Azul"se encontraba en Washington en ese momento y pasó varias horas tratando de obtener un automóvil oficial para investigar los avistamientos, pero todas sus peticiones fueron rechazadas por generales y coroneles superiores a él que le indicaron que no podían utilizarse los coches oficiales para esos fines, y que podía alquilar un taxi con su propio dinero, punto en el cual Ruppelt abandonó frustrado su intento.Antes de abandonar Washington, Ruppelt habló con un controlador de radar especializado de la Fuerza Aérea, el capitán Roy James, quien le comentó que él consideraba que las condiciones climáticas inusuales en el momento de los avistamiento ( una anormal inversión de la temperatura ) podrían haber causado la aparición de los objetivos desconocidos en el radar (Ruppelt, 163).
El 26 y 27 de julio los radares de la Base Aérea Andrews y del aeropuerto nacional, más pilotos y azafatas de vuelos comerciales volvieron a observar evoluciones de objetos extraños en todos los sectores del cielo, incluída la observación visual directa que protagonizó un sargento de la Base Andrews que más tarde declaró: "estas luces no tienen las características de las estrellas fugaces y sus movimientos no son lineales, y viajaban mucho más rápido que cualquier estrella fugaz" (Clark , 658).
A las 11:30 horas del 26 de julio, dos aviones de combate de Newcastle en la Base Aérea de Delaware llegaron a Washington alertados sobre evoluciones de OVNIs sobre la Casa Blanca.
El capitán John McHugo, líder de vuelo, no detectó ninguna presencia en su radar a pesar de sus repetidos intentos (Peebles, 76).
Sin embargo, su escolta, el teniente William Patterson, detectó visualmente cuatro blancos "brillantes" y los persiguió. De repente, las naves desconocidas dieron la vuelta y rodearon su avión de combate, formando un círculo casi perfecto a su alrededor, como estudiándolo, o bien burlándose de su elemental tecnología o tratando de hacer evidente su superioridad absoluta.Patterson pidió a la torre de control del aeropuerto nacional instrucciones sobre lo que debía hacer, y la respuesta de la torre fue... un silencio atónito y absoluto.Luego de evolucionar a su antojo durante unos instantes alrededor del piloto, los cuatro objetos se alejaron a toda velocidad(Clark, 659).Este episodio tuvo lugar a pocos metros de la Casa Blanca, alrededor de la cual los objetos desconocidos volaron a su antojo y a la vista de todo el mundo. LOS OVNIs RODEANDO EL AVIÓN DEL TENIENTE WILLIAM PATTERSON
Durante la noche del día siguiente, el teniente Holcomb recibió en la sala de radar una llamada de la Estación Meteorológica Nacional de Washington, reportando una inversión de la temperatura en la ciudad, que podría haber sido la causa de los fenómenos observados, pero Holcomb consideró que la inversión no era "ni lejanamente lo suficientemente fuerte como para explicar lo acontecido" (Peebles, 76). Fournet, jefe de Holocomb, declaró que todos los presentes en la sala de radar estaban convencidos de que los objetivos eran objetos sólidos metálicos, que habían considerado también la incidencia del clima previamente a la llamada de la oficina meteorológica pero que se trataba de una situación común que no debía ser tenida en cuenta. (Ruppelt, 166) Los avistamientos del 26 y27 de julio también fueron titulares de primera página, y llevaron al presidente Harry Truman a llamar personalmente el capitán Ruppelt y pedir una explicación de los avistamientos, indignado por la impunidad conque estas naves habían volado sobre el mismo techo de la Casa BlancaRuppelt, recordando la conversación que tuvo con el capitán James, le dijo al Presidente que el avistamiento podría haber sido causado por una inversión de temperatura, fenómeno en el cual una capa de aire húmedo cubre otra capa de aire frío y seco cerca del suelo y muy rápidamente, pudiendo causar distorsiones y señales duplicadas en los radares (Michaels, 22).El historiador de la CIA Gerald Haines, certificó en 1997 que esta ola masiva de avistamientos en julio de 1952 tenía muy alarmada a la administración Truman, y que se declaró un estado de alerta rojo, y a todo piloto militar en disponibilidad las 24 horas en todo el país. Las órdenes fueron de disparar contra ellos si hicieran caso omiso a las órdenes que se les impartieran.
Sin embargo, en la mayor conferencia de prensa desde la Segunda Guerra Mundial celebrada en el pentágono, contradictoriamente, la Fuerza Aérea declaró públicamente una vez más que los objetos voladores no identificados de ninguna manera constituían una amenaza para los Estados Unidos ni estaban controlados por una inteligencia desconocida, y que los avistamientos se debieron a inversiones en la temperatura ( un fenómeno prácticamente diario en ese mes del año ), espejismos, estrellas y meteoros ( y así fueron etiquetadas por el ejército ).
Un físico de la Universidad de Arizona y destacado ufólogo en la década de 1960, hizo su propio análisis de los avistamientos de Washington. Después de entrevistar a cuatro testigos pilotos y cinco funcionarios de radar, McDonald sostuvo que la explicación de la Fuerza Aérea era "materialmente imposible" (Clark, 661). Harry Barnes explicó que los objetivos de radar "no eran manchas sin forma como se obtiene de las declaraciones de campo", y que estaba seguro de que el radar registró objetos sólidos (Clark, 661).
El alto número de reportes OVNIs en 1952 llevó a considerar tanto a la Fuerza Aérea como a la CIA que alguna nación enemiga estaba inundándolos deliberadamente con falsos reportes de OVNIs, para provocar la histeria de masas que le facilitara el lanzamiento de un ataque sorpresa.Esto motivo en 1953 la creación de un Panel de científicos prominentes , que fue presidido por el Físico Howard Percy Robertson, y que examinó durante cuatro días los más representativos casos OVNI, llegando a la conclusión que no presentaban nada inusual ni que amenazara la seguridad nacional.El panel recomendó a la Fuerza Aérea que adopte medidas para desdramatizar el fenómeno OVNI (Peebles, 102). Tras este informe, la administración norteamericana asumió invariablemente una actitud lejana e incrédula ante cualquier caso OVNI e intentó sistemáticamente desacreditar a sus denunciantes. VIDEO: EL PRESIDENTE ROOSVELT ADMITE QUE FUERON OVNIS EN LA CASA BLANCA EN 1952
VIDEO:
TRAILER DE BATTLE LOS ANGELES
Durante la noche del día siguiente, el teniente Holcomb recibió en la sala de radar una llamada de la Estación Meteorológica Nacional de Washington, reportando una inversión de la temperatura en la ciudad, que podría haber sido la causa de los fenómenos observados, pero Holcomb consideró que la inversión no era "ni lejanamente lo suficientemente fuerte como para explicar lo acontecido" (Peebles, 76). Fournet, jefe de Holocomb, declaró que todos los presentes en la sala de radar estaban convencidos de que los objetivos eran objetos sólidos metálicos, que habían considerado también la incidencia del clima previamente a la llamada de la oficina meteorológica pero que se trataba de una situación común que no debía ser tenida en cuenta. (Ruppelt, 166) Los avistamientos del 26 y27 de julio también fueron titulares de primera página, y llevaron al presidente Harry Truman a llamar personalmente el capitán Ruppelt y pedir una explicación de los avistamientos, indignado por la impunidad conque estas naves habían volado sobre el mismo techo de la Casa BlancaRuppelt, recordando la conversación que tuvo con el capitán James, le dijo al Presidente que el avistamiento podría haber sido causado por una inversión de temperatura, fenómeno en el cual una capa de aire húmedo cubre otra capa de aire frío y seco cerca del suelo y muy rápidamente, pudiendo causar distorsiones y señales duplicadas en los radares (Michaels, 22).El historiador de la CIA Gerald Haines, certificó en 1997 que esta ola masiva de avistamientos en julio de 1952 tenía muy alarmada a la administración Truman, y que se declaró un estado de alerta rojo, y a todo piloto militar en disponibilidad las 24 horas en todo el país. Las órdenes fueron de disparar contra ellos si hicieran caso omiso a las órdenes que se les impartieran.
Sin embargo, en la mayor conferencia de prensa desde la Segunda Guerra Mundial celebrada en el pentágono, contradictoriamente, la Fuerza Aérea declaró públicamente una vez más que los objetos voladores no identificados de ninguna manera constituían una amenaza para los Estados Unidos ni estaban controlados por una inteligencia desconocida, y que los avistamientos se debieron a inversiones en la temperatura ( un fenómeno prácticamente diario en ese mes del año ), espejismos, estrellas y meteoros ( y así fueron etiquetadas por el ejército ).
Un físico de la Universidad de Arizona y destacado ufólogo en la década de 1960, hizo su propio análisis de los avistamientos de Washington. Después de entrevistar a cuatro testigos pilotos y cinco funcionarios de radar, McDonald sostuvo que la explicación de la Fuerza Aérea era "materialmente imposible" (Clark, 661). Harry Barnes explicó que los objetivos de radar "no eran manchas sin forma como se obtiene de las declaraciones de campo", y que estaba seguro de que el radar registró objetos sólidos (Clark, 661).
El alto número de reportes OVNIs en 1952 llevó a considerar tanto a la Fuerza Aérea como a la CIA que alguna nación enemiga estaba inundándolos deliberadamente con falsos reportes de OVNIs, para provocar la histeria de masas que le facilitara el lanzamiento de un ataque sorpresa.Esto motivo en 1953 la creación de un Panel de científicos prominentes , que fue presidido por el Físico Howard Percy Robertson, y que examinó durante cuatro días los más representativos casos OVNI, llegando a la conclusión que no presentaban nada inusual ni que amenazara la seguridad nacional.El panel recomendó a la Fuerza Aérea que adopte medidas para desdramatizar el fenómeno OVNI (Peebles, 102). Tras este informe, la administración norteamericana asumió invariablemente una actitud lejana e incrédula ante cualquier caso OVNI e intentó sistemáticamente desacreditar a sus denunciantes. VIDEO: EL PRESIDENTE ROOSVELT ADMITE QUE FUERON OVNIS EN LA CASA BLANCA EN 1952
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TRAILER DE BATTLE LOS ANGELES
EXCELENTE post, lo leímos con mucho gusto, muy bien redactado y ordenado, están haciendo un excelente trabajo ayudando a que la gente se entere de lo que realmente sucede.
ResponderEliminarSaludos y sigan así!
Gracias por las flores!
ResponderEliminarNo podemos inferir sobre fenómenos que superan nuestra actual capacidad humana, pero sí tenemos siempre muchas formas de evitar ser imbéciles.
Un abrazo
Nada Nos Libra de Escorpio