Investigadores de la Universidad de Pennsylvania encontraron que aquéllos que eligen activamente un camino egoísta son felices, siempre y cuando sean capaces de lidiar con el hecho de sentirse culpables.
A pesar de que lo que se nos enseña sobre los beneficios de la bondad y el altruismo, parece que perseguir el propio interés es la verdadera llave de la alegría.
Sin embargo, debido a la educación que se nos inculca, tomar una decisión que nos dá prioridad a nosotros mismos sobre el resto nos hace sentir mal, y con frecuencia nos motiva a renunciar a cosas que sabemos que nos harán felices.
Los psicólogos Jonathan Berman y Deborah Small, realizaron pruebas para ver cuando la gente se siente más feliz reclutando a 216 estudiantes universitarios dándoles a cada uno 3 dólares.
A algunos se les pidió que lo donaran a instituciones caritativas, a otros se los forzó a mantener el dinero y a un tercer grupo se le permitió elegir qué hacer con él.
Los estudiantes explicaron luego que guardar el dinero para ellos los hizo más felices que tener que donarlo o poseer la libertad de elegir.
Berman explicó: "A menudo lo que la gente realmente quiere hacer es actuar de manera egoísta, pero no lo hacen, para evitar el sentimiento de sentirse egoístas.".
La investigación se publica en la revista Psychological Science, una revista de la Association for Psychological Science.
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