Finalmente, la piedra filosofal moderna parece haberse encontrado dentro de una bacteria que es capaz de convertir un compuesto químico tóxico en sólido oro de 24 quilates.
Un equipo de la Universidad Estatal de Michigan en los EE.UU.descubrió que la bacteria "Metallidurans Cupriavidus" es capaz de reproducirse y crecer en concentraciones masivas de cloruro de oro, una sustancia muy tóxica y letal para otros seres biológicos, conocida habitualmente como "oro líquido".
Esta increíble alquimia microbiológica logra convertir en un metal precioso algo que no tiene ningún valor, según asegura uno de los generadores del descubrimiento, el profesor Kazem Kashefi, microbiólogo y genetista molecular que, junto al profesor Adam Brown lograron el hallazgo mediante una creativa combinación de biotecnología, arte y alquimia.
La neo-alquimia producida tiene un valor artístico por cuanto en lugar de analizar el mundo fenomenológico, se está creando un fenómeno, explicó Kashefi.
Alimentaron a las bacterias con grandes cantidades de cloruro de oro simulando un proceso que se dá en la naturaleza, y una semana después, encontraron que las bacterias tomaron el control de la sustancia produciendo unas diminutas pepitas de oro.
Lamentablemente, reproducir el experimento a gran escala sería de un costo tan prohibitivo que no tendría ningún sentido práctico.
El experimento recibió una mención honorífica en el concurso de arte cibernético de renombre mundial Prix Ars Electronic, en Austria, donde se encuentra en exhibición hasta el 7 de octubre.
Un equipo de la Universidad Estatal de Michigan en los EE.UU.descubrió que la bacteria "Metallidurans Cupriavidus" es capaz de reproducirse y crecer en concentraciones masivas de cloruro de oro, una sustancia muy tóxica y letal para otros seres biológicos, conocida habitualmente como "oro líquido".
Esta increíble alquimia microbiológica logra convertir en un metal precioso algo que no tiene ningún valor, según asegura uno de los generadores del descubrimiento, el profesor Kazem Kashefi, microbiólogo y genetista molecular que, junto al profesor Adam Brown lograron el hallazgo mediante una creativa combinación de biotecnología, arte y alquimia.
La neo-alquimia producida tiene un valor artístico por cuanto en lugar de analizar el mundo fenomenológico, se está creando un fenómeno, explicó Kashefi.
Alimentaron a las bacterias con grandes cantidades de cloruro de oro simulando un proceso que se dá en la naturaleza, y una semana después, encontraron que las bacterias tomaron el control de la sustancia produciendo unas diminutas pepitas de oro.
Lamentablemente, reproducir el experimento a gran escala sería de un costo tan prohibitivo que no tendría ningún sentido práctico.
El experimento recibió una mención honorífica en el concurso de arte cibernético de renombre mundial Prix Ars Electronic, en Austria, donde se encuentra en exhibición hasta el 7 de octubre.
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