Desde 1996, la alemana Heidemarie Schwermer, de 74 años, decidió abandonar una casa acomodada y su trabajo como psicoterapeuta, para llevar adelante el proyecto de vivir sin dinero, y hace 16 años que lo hace sin un sólo euro.
Su peculiar elección fue documentada en un programa especial llamado “Living without money (Vivir sin dinero)”, en el cual Schwermer asegura que desde niña se sintió fascinada por los estilos de vida que no requerían el uso de dinero y se basaban fundamentalmente en el trueque.
En 1994, dos años antes de emprender su aventura, había creado un grupo de intercambio que canjeaba objetos por servicios como cuidar niños o pasear perros, y allí tomó conciencia de que vivir sin dinero era posible.
"Vivía en una casa preciosa y ya había criado a mis hijos.Fue entonces que renuncié a todo."-explicó la anciana-"Puedo vivir así gracias a mucha gente que me conoce, me entiende y quiere ayudarme.Sé donde voy a dormir la próxima semana, tengo un refugio por si me fallan las provisiones y nunca me falta para comer"-afirma.
Hizo cuatro intentos fallidos y el impulso final lo tomó a raíz de un amigo que un día le pidió si podía alojarlo en su casa durante tres meses.
Heidemarie hizo más que eso: le dejó su apartamento y todo lo que no cabía en una pequeña maleta, e inició una vida basada exclusivamente en el trueque, primero lavando ventanas o haciendo trabajos de jardinería para cambiar por ropa y comida.
“Yo solo quería experimentar por un año, pero me di cuenta de que ya no quería volver a mi vieja vida, fue como una liberación”.
Confiesa que en esa primera etapa pasó hambre, pero siempre que deseaba algo con fuerza, terminaba apareciendo.
Al principio dormía en casa de amigos a cambio de cuidarles la casa, regarles las plantas y cuidarles sus mascotas, cuando se iban de vacaciones por largas temporadas.
Ve a sus hijos y nietos un par de veces al año, quienes primero no estaban de acuerdo con su decisión pero “ahora están orgullosos de lo que hago”, según sus propias palabras
"Tengo una oficina en una casa de cultura en Dortmund, con computadora, teléfono móvil, correo electrónico e internet.a cambio de los cuales cocino para cinco personas"."Puedo dormir allí si no consigo otro techo, y doy consejos sobre temas terapéuticos ( su viejo oficio ) pero no cobro nada,"-explica feliz Heidemarie, que viste con sencillez pero con elegancia.
Nunca permanece más de una semana en un lugar, y luego lo abandona para dirigirse a otro, y sólo acepta como pago un boleto de tren.
Gracias al trueque, cubre sus necesidades básicas sin someterse al dinero ni al "tanto tienes, tanto vales".
"El sistema que hemos creado no me gusta, ha aumentado la brecha entre ricos y pobres y está destruyendo el planeta, y la mayoría hace algo que no le gusta sólo por ganar dinero y gastarlo en cosas que no necesita".
Publicó un libro en 2.001 contando sus experiencias, y las ganancias que obtuvo ( alrededor de 15.000 dólares ) las repartió entre mujeres maltratadas, asistentes sociales y grupos de ayuda, porque ella no necesitaba ni un euro.
"Ya he cumplido todos mis sueños sin dinero"-asegura triunfante.-"no busco seguidores, sólo quiero hacer reflexionar sobre la injusticia, y sé que mi camino no es un camino de masas."
Es posible no tener nada y valer mucho, ése es mi mensaje."
Su peculiar elección fue documentada en un programa especial llamado “Living without money (Vivir sin dinero)”, en el cual Schwermer asegura que desde niña se sintió fascinada por los estilos de vida que no requerían el uso de dinero y se basaban fundamentalmente en el trueque.
En 1994, dos años antes de emprender su aventura, había creado un grupo de intercambio que canjeaba objetos por servicios como cuidar niños o pasear perros, y allí tomó conciencia de que vivir sin dinero era posible.
"Vivía en una casa preciosa y ya había criado a mis hijos.Fue entonces que renuncié a todo."-explicó la anciana-"Puedo vivir así gracias a mucha gente que me conoce, me entiende y quiere ayudarme.Sé donde voy a dormir la próxima semana, tengo un refugio por si me fallan las provisiones y nunca me falta para comer"-afirma.
Hizo cuatro intentos fallidos y el impulso final lo tomó a raíz de un amigo que un día le pidió si podía alojarlo en su casa durante tres meses.
Heidemarie hizo más que eso: le dejó su apartamento y todo lo que no cabía en una pequeña maleta, e inició una vida basada exclusivamente en el trueque, primero lavando ventanas o haciendo trabajos de jardinería para cambiar por ropa y comida.
“Yo solo quería experimentar por un año, pero me di cuenta de que ya no quería volver a mi vieja vida, fue como una liberación”.
Confiesa que en esa primera etapa pasó hambre, pero siempre que deseaba algo con fuerza, terminaba apareciendo.
Al principio dormía en casa de amigos a cambio de cuidarles la casa, regarles las plantas y cuidarles sus mascotas, cuando se iban de vacaciones por largas temporadas.
Ve a sus hijos y nietos un par de veces al año, quienes primero no estaban de acuerdo con su decisión pero “ahora están orgullosos de lo que hago”, según sus propias palabras
"Tengo una oficina en una casa de cultura en Dortmund, con computadora, teléfono móvil, correo electrónico e internet.a cambio de los cuales cocino para cinco personas"."Puedo dormir allí si no consigo otro techo, y doy consejos sobre temas terapéuticos ( su viejo oficio ) pero no cobro nada,"-explica feliz Heidemarie, que viste con sencillez pero con elegancia.
Nunca permanece más de una semana en un lugar, y luego lo abandona para dirigirse a otro, y sólo acepta como pago un boleto de tren.
Gracias al trueque, cubre sus necesidades básicas sin someterse al dinero ni al "tanto tienes, tanto vales".
"El sistema que hemos creado no me gusta, ha aumentado la brecha entre ricos y pobres y está destruyendo el planeta, y la mayoría hace algo que no le gusta sólo por ganar dinero y gastarlo en cosas que no necesita".
Publicó un libro en 2.001 contando sus experiencias, y las ganancias que obtuvo ( alrededor de 15.000 dólares ) las repartió entre mujeres maltratadas, asistentes sociales y grupos de ayuda, porque ella no necesitaba ni un euro.
"Ya he cumplido todos mis sueños sin dinero"-asegura triunfante.-"no busco seguidores, sólo quiero hacer reflexionar sobre la injusticia, y sé que mi camino no es un camino de masas."
Es posible no tener nada y valer mucho, ése es mi mensaje."
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