viernes, 4 de mayo de 2012

VENDAJES DE ALMIDÓN + SALA DE CONCIERTO PERSONALIZADA

VENDAJES Y YESOS BIODEGRADABLES
Investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania, EE.UU., han desarrollado hebras finas de almidón que pueden tejerse convirtiéndolos en parches que se descomponen gradualmente convirtiéndose en glucosa, pudiendo ser absorvidos fácilmente por el cuerpo, eliminando la dolorosa molestia que implica la extracción de vendajes o yesos.
Como el almidón naturalmente no se disuelve completamente en agua convirtiéndose en un pastoso gel, los investigadores le agregaron un disolvente que respeta su estructura molecular y luego lo convirtieron en largas y finísimas fibras mediante electrospinning.
El mismo proceso podrá ser utilizado para fabricar papel más barato ( el almidón es más abundante y menos costoso que los polímeros naturales )  y ambientalmente más higiénico.
La investigación fue apoyada por el Departamento de Agricultura de EE.UU. y ahora el equipo de Penn State está solicitando una patente.
ACÚSTICA PERSONALIZADA
 
Las salas de concierto presentan diferentes características acústicas, y más allá del esfuerzo que se ponga en el diseño y la capacidad de absorción sonora, cada una de ellas se torna especialmente adecuada para un estilo musical en particular, dada la diversidad sonora de los instrumentos que se utilizan.
Pero este nuevo concepto podría transformar esto, al poder cambiar la forma y el tamaño de los techos y paredes para adaptarse a la dinámica de cada estilo musical individualmente.
La empresa de diseño RVTR está trabajando en un concepto llamado cámara de resonancia , que funciona de manera similar  al origami: patrones de mosaicos triangulares cubren el techo, controlados por actuadores lineales, que pueden ser activados para adoptar diferentes posiciones. 
Habrá tres tipos de paneles: contrachapados de bambú para reflejar el sonido, plásticos y porosos para absorberlo, y paneles huecos con un altavoz en el interior para emitirlo. 
RVTR utilizará un software para procesar las ondas de sonido, y adaptarse a los resultados. 
Una banda podría utilizar la reflexión del techo y las capacidades de los altavoces para agregar reverberación a ciertas canciones, o una orquesta o coro podrían amplificar las melodías de forma automática. 
La compañía ya ha probado un primer prototipo y ahora tiene como objetivo construir una instalación de 1.000 metros cuadrados.

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