miércoles, 2 de mayo de 2012

LOS CULTIVOS GENÉTICAMENTE MODIFICADOS PODRÍAN PRODUCIR MÁS FUERTES SUPERMALEZAS

Las supermalezas resistentes a los herbicidas que ya amenazan muchas cosechas, podrían verse fortificadas por la siembra de una nueva generación de cultivos genéticamente mondificados capaces de resistir altas dósis de productos químicos ultra tóxicos que matan las malas hierbas.
Es una reiteración del mismo error que hizo a las supermalezas resistentes pero intensificada, ya que éstas, luego de lograr sobrevivir los herbicidas, mutan a una siguiente generación inmune, y la intensificación química podría causar que desarrollen una resistencia basada en el metabolismo, es decir, no yá a dos o tres tipos específicos de herbicidas, sinó a generaciones enteras de productos químicos.
La controversia estalló en los EE.UU. entre agroecólogos y el Departamento de Agricultura cuando se autorizó la siembra de una variedad de maíz modificado genéticamente para soportar dosis de glifosato  y de 2,4-D, un herbicida con décadas de antiguedad que es más tóxico y menos eficaz que el glifosato.
Otros 13 cultivos autorizados por las regulaciones federales norteamericanas también están diseñados para resistir herbicidas múltiples.
Al aparecer el glifosato en el mercado, los científicos de la industria predijeron que las malas hierbas no desarrollarían resistencia contra él, pero ya hay más de una docena de especies que han hecho exactamente eso, infestando millones de acres de tierra de cultivo.
Por lo tanto, la llegada de cultivos multiresistentes originarían súper malezas resistentes literalmente a todo: los cultivos mutados genéticamente que impiden que un herbicida entre en sus células serán imitados por las encimas de la maleza, como ya se ha comprobado con 108 especies.
Como en todo ámbito, existe una solución alternativa, pero no se utiliza por ser más cara y lenta: ayudar a mejorar la eficiencia en la excreción de toxinas a las plantas, o a metabolizarlas mejor en sus estructuras de contención de residuos llamadas vacuolas.
Pero este tipo de mejoras requiere muchas mutaciones y a veces a expensas de la tasa de crecimiento inmediato, que es lo único que ven las empresas ( en el hemisferio norte casi todos los productores de semillas han sido comprados por una treintena de multinacionales ) , olvidando que la extrapolación de la dinámica actual tendrá consecuencias mucho más nefastas e irreversibles.
El tema de los cultivos transgénicos es extremadamente serio y preocupante, no existen evaluaciones confiables de su seguridad científica y  generando un doble riesgo: la manipulación genética en sí y el aumento del uso de productos químicos en los cultivos.
Incluso algunos achacan a su avance exponencial el crecimiento sin precedentes en la tasa de endeudamiento y suicidio de muchos agricultores.

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