miércoles, 1 de febrero de 2012

EL CEREBRO HUMANO, MÁS PARECIDO AL DE LOS MONOS DE LO QUE SE PENSABA

Las imágenes de Google, los libros de texto, todo lo graficado hasta el momento sobre el cerebro está mal y debe ser reescrito.
Así contundentemente lo asegura una nueva investigación publicada en línea esta semana en el PNAS ( Actas de la Academia Nacional de Ciencias norteamericana  ) llevada a cabo por un equipo de científicos encabezado por  Josef Rauschecke,  profesor del departamento de neurociencias  de la Georgetown University Medical Center (GUMC) de los Estados Unidos demostrándolo incuestionablemente.
La principal y fundamental diferencia estriba en que la parte del cerebro que maneja las expresiones y el lenguaje humano se encuentra tres centímetros más cerca del centro del cerebro de lo que se creía, y esta distancia se considera una enormidad dentro del interior del complejo órgano.
Esto implica también que el cerebro humano es mucho  más parecido al de los monos de lo que se pensaba, y que el centro del habla en el cerebro  realmente no marcó la diferencia con nuestros más cercanos parientes evolutivos como también se creía erróneamente.
Este efecto dominó lleva a reexaminar también todos los aspectos evolutivos, ya que determina que los monos no tienen el mismo lenguaje elaborado que nosotros debido a los diferentes centros cerebrales de procesamiento y nó  a su arquitectura cerebral, que es casi idéntica a la nuestra.
La creencia de que el lenguaje humano se procesa hacia la parte posterior de la corteza cerebral del cerebro, detrás de la corteza auditiva donde se reciben todos los sonidos, se mantiene desde que el neurólogo alemán  Wernicke lo propuso a fines de 1800 (¡!) sobre la base de sus estudios de las lesiones cerebrales y accidentes cerebrovasculares. 
Pero, ahora, la investigación, de la GUMC  analizó con resonancia magnética funcional (fMRI) y tomografía por emisión de positrones (PET) más de 100 casos sobre 1.900 participantes para llegar a la conclusión de que el área de Wernicke ( llamada así por el neurólogo alemán ) se encuentra mapeado en el lugar equivocado, ubicándose 3 cm.más cerca de la parte frontal del cerebro, en el lóbulo temporal izquierdo,  y en el otro lado de la corteza auditiva, lo cual equivale a kilómetros de diferencia de distancia para la arquitectura cerebral. 
"Todos los dibujos están mal" - afirma el autor del informe de la PNAS Iain De Witt.-"ya desde 1990 se sospechaba que ésta era la ubicación más probable del área de Wernicke, pero las instituciones médicas se mostraban renuentes a revocar un siglo de conocimiento previo y reemplazarlo por una metodología nueva".
Estas novedades, que generaron más de 800 nuevas coordenadas del cerebro, también pueden cambiar los tratamientos en pacientes que sufren daño cerebral, como  accidentes cerebrovasculares o trastornos en la comprensión del habla, al conocerse ahora dónde se han producido los daños.
Este es un fragmento más de la misma historia de patologías humanas que deberíamos intentar comenzar a extirpar si realmente consideramos seriamente la posibilidad de evolucionar: más de doscientos años sosteniendo una teoría falaz sólo por no reconocer las trampas que pueden conllevar implícitas las pruebas corroborativas debido a las imperfecciones de nuestros métodos de comprobación, y por nuestra enfermiza tendencia a crear categorías planificadas que borran sus aleatorias fronteras y despreciar con idéntica pasión cualquier intento de modificarlas en lugar de analizar su contenido empírico.

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