¿ESTAMOS CADA VEZ MAS IMBÉCILES?Aún cuando sea muy fuerte golpe para nuestra vanidad, un informe científico parece demostrar que la raza humana se encuentra en franca involución, empezando por nuestro cerebro, el cual se ha ido reduciendo implacablemente sin distinción de raza ni sexo durante los últimos 20.000 años , luego de millones de año de franco crecimiento.
Efectivamente: una imágen 3D de un cráneo de 28.000 años de edad que se encuentra en Francia demuestra que el mismo era un 20 por ciento más grande que el contemporáneo.
En su comentario en la revista Discover, y atenta a los comentarios que al respecto realizó el Dr. John Hawks, antropólogo de la Universidad de Wisconsin, Kethleen Mc Auliffe explica: "Durante los últimos 20.000 años, el volumen medio del cerebro humano se ha reducido de 1.500 cm3 a 1.350 cm3, pérdida equivalente al tamaño de una pelota de tenis"
Sin embargo, aclaró que esto no necesariamente significa que la inteligencia esté en declive, ya que lo que pierde el cerebro en tamaño puede ganarlo en eficiencia, y que el tamaño mayor podría deberse a requerimientos más extremos de aquellas épocas, como el clima y la dieta, aunque es un tema muy controvertido que tiene adherentes y detractores. Estos últimos creen que el hombre se ha vuelto cada vez más estúpido, porque en las sociedades modernas no tiene necesidad de ser cada vez más inteligente para seguir con vida.
Nosotros en cambio creemos que el problema está en el gran atrofiamiento que la sociedad actual ha provocado en el hemisferio cerebral derecho y el consecuente cese de intercambio imprescindible con su opuesto izquierdo, una desventajosa e inusual mutación ( algunas tribus aborígenes que mantienen tradiciones milenarias sostienen que se trata de una enfermedad química del hombre occidental ) que rompió el equilibrio que antes generaba una mayor inteligencia.
Como consuelo, otro antropólogo ( Richard Jantz ) de la Universidad de Michigan midiendo y comparando los cráneos de los estadounidenses de ascendencia africana y europea desde la época colonial tardía hasta el siglo 20, encontró que el tamaño de nuestro cerebro está en leve crecimiento otra vez.LOS PEORES ATLETAS SON LOS DEL PRESENTE
Los mejores representantes de los límites de la capacidad humana suelen ser los atletas.
Sin embargo, también en este campo hay pruebas de que nuestros actuales deportistas son lamentable e irreparablemente peores que sus antepasados, y ésto aún a pesar de que hoy día la globalización permite una selección planetaria de los mejores en cada disciplina presentando una cantera de miles de millones de seres humanos, contra la cual no podrían competir las civilizaciones antigüas.
Aquí sí parece ser más evidente la culpa que pudieron tener los beneficios de la civilización moderna, como alimentación casi automática, agua corriente o sistemas de transporte que van limitando más y más el esfuerzo físico y le quitan la constancia que tenían en la antigüedad.
De acuerdo con el polémico libro titulado "Manthropology", no existe capacitación física que pueda compararse a la que la misma vida cotidiana exigía en la antigüedad, cuando el hombre sabiamente estaba integrado y nó divorciado de la naturaleza.
El libro ofrece ejemplos de lanzadores de jabalina largamente mejores, soldados con muchísimo mayor resistencia física, remeros humillantemente superiores y corredores mucho más rápidos. Un caso en particular ha ganado notoriedad: hace 20 mil años, al este de Australia un golpe de suerte permitió conservar las huellas en la arena de un corredor al que los estudiosos han llamado T8. T8 registró una velocidad de marcha de 38 kilómetros por hora, y acelerando en las cercanías de la meta.
Usain Bolt, es el corredor contemporáneo más rápido registrado, y si bien ha superado esa velocidad ganando una medalla de oro con una velocidad máxima de 42 kilómetros por hora, llegó a esta velocidad con calzado especial, en una pista, y luego de una ardua selección mundial de tests y eliminación.
T8, por el contrario, corría descalzo sobre la arena, y ni siquiera se trataba de una competencia mundial, por lo cual podemos suponer que ésa era la velocidad media normal de la época, con lo cual la conclusión es que la mayoría de las personas de aquella sociedad podrían haber alcanzado sin mayor esfuerzo una medalla de oro en nuestros tiempos.
Los efectos involutivos del divorcio mental y físico con nuestro medio nos pasan factura inexorablement
Efectivamente: una imágen 3D de un cráneo de 28.000 años de edad que se encuentra en Francia demuestra que el mismo era un 20 por ciento más grande que el contemporáneo.
En su comentario en la revista Discover, y atenta a los comentarios que al respecto realizó el Dr. John Hawks, antropólogo de la Universidad de Wisconsin, Kethleen Mc Auliffe explica: "Durante los últimos 20.000 años, el volumen medio del cerebro humano se ha reducido de 1.500 cm3 a 1.350 cm3, pérdida equivalente al tamaño de una pelota de tenis"
Sin embargo, aclaró que esto no necesariamente significa que la inteligencia esté en declive, ya que lo que pierde el cerebro en tamaño puede ganarlo en eficiencia, y que el tamaño mayor podría deberse a requerimientos más extremos de aquellas épocas, como el clima y la dieta, aunque es un tema muy controvertido que tiene adherentes y detractores. Estos últimos creen que el hombre se ha vuelto cada vez más estúpido, porque en las sociedades modernas no tiene necesidad de ser cada vez más inteligente para seguir con vida.
Nosotros en cambio creemos que el problema está en el gran atrofiamiento que la sociedad actual ha provocado en el hemisferio cerebral derecho y el consecuente cese de intercambio imprescindible con su opuesto izquierdo, una desventajosa e inusual mutación ( algunas tribus aborígenes que mantienen tradiciones milenarias sostienen que se trata de una enfermedad química del hombre occidental ) que rompió el equilibrio que antes generaba una mayor inteligencia.
Como consuelo, otro antropólogo ( Richard Jantz ) de la Universidad de Michigan midiendo y comparando los cráneos de los estadounidenses de ascendencia africana y europea desde la época colonial tardía hasta el siglo 20, encontró que el tamaño de nuestro cerebro está en leve crecimiento otra vez.LOS PEORES ATLETAS SON LOS DEL PRESENTE
Los mejores representantes de los límites de la capacidad humana suelen ser los atletas.
Sin embargo, también en este campo hay pruebas de que nuestros actuales deportistas son lamentable e irreparablemente peores que sus antepasados, y ésto aún a pesar de que hoy día la globalización permite una selección planetaria de los mejores en cada disciplina presentando una cantera de miles de millones de seres humanos, contra la cual no podrían competir las civilizaciones antigüas.
Aquí sí parece ser más evidente la culpa que pudieron tener los beneficios de la civilización moderna, como alimentación casi automática, agua corriente o sistemas de transporte que van limitando más y más el esfuerzo físico y le quitan la constancia que tenían en la antigüedad.
De acuerdo con el polémico libro titulado "Manthropology", no existe capacitación física que pueda compararse a la que la misma vida cotidiana exigía en la antigüedad, cuando el hombre sabiamente estaba integrado y nó divorciado de la naturaleza.
El libro ofrece ejemplos de lanzadores de jabalina largamente mejores, soldados con muchísimo mayor resistencia física, remeros humillantemente superiores y corredores mucho más rápidos. Un caso en particular ha ganado notoriedad: hace 20 mil años, al este de Australia un golpe de suerte permitió conservar las huellas en la arena de un corredor al que los estudiosos han llamado T8. T8 registró una velocidad de marcha de 38 kilómetros por hora, y acelerando en las cercanías de la meta.
Usain Bolt, es el corredor contemporáneo más rápido registrado, y si bien ha superado esa velocidad ganando una medalla de oro con una velocidad máxima de 42 kilómetros por hora, llegó a esta velocidad con calzado especial, en una pista, y luego de una ardua selección mundial de tests y eliminación.
T8, por el contrario, corría descalzo sobre la arena, y ni siquiera se trataba de una competencia mundial, por lo cual podemos suponer que ésa era la velocidad media normal de la época, con lo cual la conclusión es que la mayoría de las personas de aquella sociedad podrían haber alcanzado sin mayor esfuerzo una medalla de oro en nuestros tiempos.
Los efectos involutivos del divorcio mental y físico con nuestro medio nos pasan factura inexorablement
jajajaja genial!!! suena bastante logico
ResponderEliminarredo, de dejo un beso grande y que arranques el 2011 con todo! que se te cumpla todo!!!