El artista neyorquino Adam Harvey ha creado, como respuesta a "herramientas de control de la sociedad" ( según sus propias palabras ), una línea de prendas que pueden burlar algunas de las formas más sofisticadas de vigilancia actuales, como las cámaras de infrarrojos de helicópteros y drones de vigilancia.
Utilizando estas prendas, creadas con la colaboración de la diseñadora Johanna Bloomfield, se logra inutilizar los programas de reconocimiento facial a través de sudaderas con capucha o pañuelos anti-drondes fabricados con materiales que reflectan los intentos de tomas de imágenes térmicas de las cámaras infrarrojas de drones de vigilancia, consiguiendo además un camouflaje extra muy eficiente a través de un maquillaje asimétrico debajo o encima de los ojos.
La línea incluye también camisas que protegen los órganos de los daños internos que provocan los rayos X y bolsillos en los pantalones que bloquean la señal de los teléfonos celulares, impidiendo el envío o recepción de llamadas o mensajes y bloqueando la señal GPS.
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