Un ligero pellizco genético puede reiniciar el propio sistema de marcapasos innato que posee el corazón, según una nueva investigación, y algún día, este procedimiento de reimpulsar el marcapasos interno del propio sistema cardíaco podría eliminar la necesidad de implantes eléctricos.
En el último par de años, los científicos han descubierto cómo devolver ese latido a las células , llamado cardiomiocito, pero estas células todavía tienen que sincronizarse a un ritmo específico, que es controlado por un pequeño grupo de aproximadamente 10.000 células llamado nódulo sinoauricular.
Cuando este tambor del corazón falla, los miles de millones de cardiomiocitos que conduce, dejan de latir correctamente, dando lugar a un ritmo cardíaco irregular o incluso un paro cardíaco.
Los marcapasos electrónicos son los que hasta ahora se encargan de evitar que esto suceda, pero ahora investigadores del Instituto Médico Cedars-Sinai Heart tuvo otra idea: sabían que un gen llamado Tbx18 se activaba normalmente durante el desarrollo del nodo sinusal, cuando el embrión se está formando, así que añadieron Tbx18 al corazón introduciendo el código de este gen a través de un virus en los conejillos de indias.
El equipo dirigido por Eduardo Marbán y sus colegas utilizó células ventriculares, uno de los tres tipos principales de células del corazón y como resultado las células infectadas cambiaron su apariencia, adquiriendo una forma cónica distintiva, y esto continuó aun después de que la Tbx18 se había desvanecido, lo cual sugiere que se logró un cambio estructural permanente, lo que significa que podría ser un tratamiento duradero de la disminución de las células sinoauriculares.
La tecnología representa una alternativa prometedora a los dispositivos de estimulación electrónica. El hallazgo fue publicado en la revista Nature Biotechnology.
El equipo dirigido por Eduardo Marbán y sus colegas utilizó células ventriculares, uno de los tres tipos principales de células del corazón y como resultado las células infectadas cambiaron su apariencia, adquiriendo una forma cónica distintiva, y esto continuó aun después de que la Tbx18 se había desvanecido, lo cual sugiere que se logró un cambio estructural permanente, lo que significa que podría ser un tratamiento duradero de la disminución de las células sinoauriculares.
La tecnología representa una alternativa prometedora a los dispositivos de estimulación electrónica. El hallazgo fue publicado en la revista Nature Biotechnology.
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