Recientes investigaciones científicas llevadas adelantes por la Case Western Reserve University de Ohio, EE.UU., demuestran que al ponerse en el lugar de otra persona, la parte del cerebro humano que se utiliza para el análisis frío, se bloquea, es decir, que no se puede sentir empatía y analizar al mismo tiempo.
El hallazgo podría explicar por qué incluso personas extremadamente inteligentes o con los corazones más duros, pueden ser conmovidas por historias lacrimógenas.
Las conclusiones son el resultado de escanear el cerebro de 45 hombres y mujeres jóvenes, mientras a una mitad se les hacía preguntas que los obligaba a pensar en què podrían sentir otras personas, y a la otra se les presentaba cuestionarios que implicaban soluciones físicas, cada una de cuyas mitades activaba en el escáner cerebral las regiones asociadas con la empatía y el análisis.
Al enfrentar preguntas que los hacían sentir empatía, automáticamente los análisis fueron rechazados y lo contrario ocurrriò cuando se les presentó cuestiones fìsicas.
El investigador Jack Anthony opina que se trata de una función cognitiva que ha evolucionado y que permitirìa explicar porquè incluso personas muy inteligentes pueden dejarse llevar por cuentos tejidos por estafadores que consiguen activar su parte empàtica impidiendo a la parte analítica hacer su trabajo, o porquè ciertos lìderes, obligados a ser analíticos permanentemente, permanecen ajenos al costo humano de sus acciones.
"La brùjula moral puede perderse para quien se queda atascado en su forma analítica de pensar, no se trata de elegir vivir sin una de ambas redes, sinó de tratar de desarrollar un ciclo eficiente entre ambos"- afirma Antonhy.
La investigación podría ofrecer una nueva perspectiva sobre la ansiedad, la depresión, y la esquizofrenia, entre otros problemas que dificultan la interacción social y podría aumentar la comprensión del autismo, patologìa en la cual las personas suelen ser buenos solucionando complejos problemas, pero presentan enormes falencias en sus habilidades sociales.
El hallazgo podría explicar por qué incluso personas extremadamente inteligentes o con los corazones más duros, pueden ser conmovidas por historias lacrimógenas.
Las conclusiones son el resultado de escanear el cerebro de 45 hombres y mujeres jóvenes, mientras a una mitad se les hacía preguntas que los obligaba a pensar en què podrían sentir otras personas, y a la otra se les presentaba cuestionarios que implicaban soluciones físicas, cada una de cuyas mitades activaba en el escáner cerebral las regiones asociadas con la empatía y el análisis.
Al enfrentar preguntas que los hacían sentir empatía, automáticamente los análisis fueron rechazados y lo contrario ocurrriò cuando se les presentó cuestiones fìsicas.
El investigador Jack Anthony opina que se trata de una función cognitiva que ha evolucionado y que permitirìa explicar porquè incluso personas muy inteligentes pueden dejarse llevar por cuentos tejidos por estafadores que consiguen activar su parte empàtica impidiendo a la parte analítica hacer su trabajo, o porquè ciertos lìderes, obligados a ser analíticos permanentemente, permanecen ajenos al costo humano de sus acciones.
"La brùjula moral puede perderse para quien se queda atascado en su forma analítica de pensar, no se trata de elegir vivir sin una de ambas redes, sinó de tratar de desarrollar un ciclo eficiente entre ambos"- afirma Antonhy.
La investigación podría ofrecer una nueva perspectiva sobre la ansiedad, la depresión, y la esquizofrenia, entre otros problemas que dificultan la interacción social y podría aumentar la comprensión del autismo, patologìa en la cual las personas suelen ser buenos solucionando complejos problemas, pero presentan enormes falencias en sus habilidades sociales.
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