Científicos de la Universidad de Singapur quedaron intrigados por el hecho de que una tortuga china de caparazón blando de la especie Pelodiscus sinensis, hundía regularmente su cabeza en el agua por largos lapsos que podían durar hasta casi dos horas, y se decidieron a investigar las razones, descubriendo que se debe a que excreta urea por la boca en lugar de hacerlo a través del riñón, gracias a que producen un tipo especial de transportadores de proteínas en su cavidad bucofaríngea.
Además, al medir los niveles de urea en saliva, comprobaron que eran 250 veces más altos que en sangre.
Los detalles se publican en la revista The Journal of Experimental Biology, donde se explica que la particularidad se debe a una adaptación a un entorno de aguas pantanosas salobres, ya que para excretar a través del riñón se requiere beber mucho, y al haber disponible sólo agua salada, los reptiles no son capaces de excretar las sales.
En China, estos ejemplares suelen aparecer en los restaurantes de lujo, donde son considerados un cotizado manjar .
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