Las autoridades egipcias arrestaron el miércoles a dos niños en la ciudad de Beni Suef por profanar el Corán, según reportó el periódico ‘Al-Ahram’.
Los menores, Nabil Nadi de 10 años y Mina Nadi de 9, pertenecen a familias cristianas y fueron detenidos a causa de la denuncia de un transeúnte que los vió arrancando las páginas de un ejemplar del libro sagrado de los musulmanes y orinar sobre él, y si bien los llevó ante la presencia de un imán local para que los reprendiera, consideró que el castigo no era suficiente y decidió presentar una denuncia policial.
El padre de uno de los arrestados pidió a las autoridades que libren a los menores, porque son demasiado pequeños para poder entender lo que estaban haciendo, aunque nó más pequeños que el cerebro del fanático religioso que los denunció, por otra parte convertido en un ejemplo viviente de hacia dónde lleva cualquier tipo de ortodoxia, de la cual el cristianismo carga su propio espantoso historial en su pasado.
Según testigos presenciales, los niños estaban jugando inocentemente y en ningún momento fueron incitados por nadie para llevar a cabo el acto.
Por suerte, el fiscal egipcio que tomó partido en el caso ordenó su liberación ayer del centro de detención en el cual habían sido condenados a permanecer una semana, aunque esto no evitó que sus padres recibieran reiteradas amenazas de muerte.
Los menores, Nabil Nadi de 10 años y Mina Nadi de 9, pertenecen a familias cristianas y fueron detenidos a causa de la denuncia de un transeúnte que los vió arrancando las páginas de un ejemplar del libro sagrado de los musulmanes y orinar sobre él, y si bien los llevó ante la presencia de un imán local para que los reprendiera, consideró que el castigo no era suficiente y decidió presentar una denuncia policial.
El padre de uno de los arrestados pidió a las autoridades que libren a los menores, porque son demasiado pequeños para poder entender lo que estaban haciendo, aunque nó más pequeños que el cerebro del fanático religioso que los denunció, por otra parte convertido en un ejemplo viviente de hacia dónde lleva cualquier tipo de ortodoxia, de la cual el cristianismo carga su propio espantoso historial en su pasado.
Por suerte, el fiscal egipcio que tomó partido en el caso ordenó su liberación ayer del centro de detención en el cual habían sido condenados a permanecer una semana, aunque esto no evitó que sus padres recibieran reiteradas amenazas de muerte.
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