Un alarmante informe de la ONU sobre el envejecimiento global ha revelado que habrá más jubilados que niños para el año 2050, cuando el número de personas mayores de 60 años llegará a dos mil millones.
El envejecimiento en el siglo 21 es a la vez motivo de celebración y un reto: el número de centenarios aumentará casi diez veces, generando grandes desafíos en salud y pensiones.
El envejecimiento en el siglo 21 es a la vez motivo de celebración y un reto: el número de centenarios aumentará casi diez veces, generando grandes desafíos en salud y pensiones.
PROYECCIÓN PORCENTUAL POR CADA PAÍS DE PERSONAS MAYORES DE 60 AÑOS PARA 2050
El crecimiento de los ancianos lleva un ritmo más rápido que el de la población en general, reflejando los enormes avances en la calidad de vida en general en las sociedades de todo el mundo, pero conlleva profundas implicaciones sociales y económicas que no tienen precedentes en el mundo.
Además, en 2050, el 80% de las personas mayores en el mundo vivirán en países en vías de desarrollo, que tendrán menos tiempo para adaptarse y mayores dificultades para satisfacer sus necesidades que los países desarrollados, que han implementado gradualmente políticas, planes y estrategias para responder a un impacto que ya acusan actualmente.
El informe fue elaborado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas y HelpAge International, y advierte que también se duplicarán los casos de demencia, que actualmente se estima en 35,6 millones de personas ( 7.7 millones por año, un caso cada cuatro segundos ) y llegará a 65,7 millones en 2030 y 115,4 millones en 2050. El crecimiento de los ancianos lleva un ritmo más rápido que el de la población en general, reflejando los enormes avances en la calidad de vida en general en las sociedades de todo el mundo, pero conlleva profundas implicaciones sociales y económicas que no tienen precedentes en el mundo.
Además, en 2050, el 80% de las personas mayores en el mundo vivirán en países en vías de desarrollo, que tendrán menos tiempo para adaptarse y mayores dificultades para satisfacer sus necesidades que los países desarrollados, que han implementado gradualmente políticas, planes y estrategias para responder a un impacto que ya acusan actualmente.
Actualmente, sólo ocho países en todo el mundo cuentan con programas nacionales para abordar la demencia.
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