DETIENEN A PERIODISTAS DE LA BBC EN EL ÁREA 51

Un equipo de filmación de la BBC fue detenido por los equipos de seguridad en el Área 51, una zona restringida por el Ejército norteamericano donde los teóricos de la conspiración sostienen que el gobierno oculta, entre otros secretos,  uno ó más OVNIs de orígen extraterrestre.
Entre el staff de la BBC, que se habían infiltrado furtivamente más allá de la zona de exclusión, se encontraban el comediante y presentador irlandés Andrew Maxwell y el experto en OVNIs Darren Perks.

El grupo ( el mismo que la semana pasada causó controversia en Gran Bretaña al sugerir que los atentados del 7/7 en Londres eran parte de una conspiración del propio gobierno para reforzar el apoyo de la opinión pública a la Guerra de Irak) fue obligado a tenderse en el suelo a punta de pistola y rifles de asalto M16 por tres horas mientras el FBI comprobaba sus credenciales. 

Las doce personas en total estaban investigando el Área 51 donde supuestamente se conservan cuerpos de extraterrestres y restos de sus naves que se habrían estrellado en Roswell Nuevo México en 1947,  como parte de un documental que se transmitirá el próximo lunes en la BBC bajo el título de  'UFO: Trip Conspiracy Road'.

Darren relató al periódico  Mail Online la experiencia: "Llegamos al Área 51 el 14 de mayo  aproximadamente a las 17:00 horas, y tratamos de contactar a los guardias de seguridad para pedirles permiso para cruzar  la frontera impuesta como zona de exclusión, pero no había ni rastros de ellos, así que caminamos y filmamos sin dificultades ni interrupciones durante más de 30 minutos."
"Entonces uno de los  integrantes del equipo aseguró haber visto a los guardias de seguridad en una casa, cenando y viendo un partido de baloncesto por televisión, así que fuimos nosotros los que nos dirigimos a la puerta de la casa y le golpeamos la puerta."
"Eso fue suficiente para que todo se convirtiera en un infierno, los guardias se apresuraron a tomar sus armas y nos obligaron a tumbarnos boca abajo a punta de pistola.

"Nos confiscaron nuestros teléfonos, carteras y e identificaciones y tomaron el equipo de filmación."
"Finalmente, luego de tres horas, llegó el sheriff del condado y las cosas se aflojaron un poco, nos multó con £ 375 cada uno y nos dijeron que el incidente había sido tan grave que Washington había tenido que llamar a Londres para avisar de que 12 birtánicos habían  violado la seguridad en la mayor base militar "secreta" de los  Estados Unidos y que todos podían ir a la cárcel por seis meses. Por suerte quien se encontraba en Washington tuvo la amabilidad de disponer que se nos multe y no se nos encarcele."
Una vez liberados, fueron seguidos un día completo por un vehículo del gobierno sin marcar.

Más allá de la cronología que ya de por sí denuncia una vez más el típico rélax en los controles, pese a que la zona del área 51 está rodeada de sensores que avisan automáticamente cuando algún vehículo se aproxima, hay dos situaciones dignas de resaltar en este evento: en primer lugar, que el equipo de la BBC fué específicamente buscando que se los atrape, porque ése era el gancho comercial que buscaban para promocionar su documental, cuya audiencia ahora se triplicará, como mínimo, y por eso fueron ellos a golpear la puerta donde se encontraban los relajados guardias, cuando podrían haberse retirado por donde vinieron y nadie se habría enterado de su incursión.

Y en segundo lugar, la incomprensiblemente desmesurada y bruta reacción de los guardias lleva inmediatamente a pensar: ¿estas personas carecen de neuronas?¿el sentido común le es extirpado en alguna tenebrosa operación de cerebro realizada en la misma base militar por algún cirujano alienígena?.

¿No son capaces de hilvanar el hecho de que si alguien les vá a golpear amablemente la puerta no tiene intenciones hostiles?¿no se dan cuenta que si las hubieran tenido podrían haberlos aniquilado previamente sin que siquiera se dieran cuenta de cómo pasaron de la NBA a la eternidad?.¿En qué razonamiento psicodélico basaron su actitud de mantener tres horas boca abajo contra el piso a los periodistas?.

Pero claro: pretender razonamiento parece que en este caso es una utopía, y lo verdaderamente preocupante es que en manos como ésas se coloca toda la custodia de la seguridad. Bienvenidos al siglo 21.