Cámaras de circuito cerrado de televisión de gran alcance que pueden reconocer rostros y realizar un seguimiento de más de un kilómetro de distancia podría violar las leyes de derechos humanos, advirtió Andrew Remnison, un alto asesor del gobierno británico.
La dura advertencia la dirigió hacia su propio Gobierno diciendo que los avances en tecnología CCTV han puesto a Gran Bretaña en riesgo de ser "La Sociedad del Gran Hermano".
La dura advertencia la dirigió hacia su propio Gobierno diciendo que los avances en tecnología CCTV han puesto a Gran Bretaña en riesgo de ser "La Sociedad del Gran Hermano".
Para evitar una reacción muy negativa del pública recomendó que se tomen medidas apropiadas para regular la proliferación de cámaras de alta definición de 16-megapíxeles que pueden seleccionar una cara y luego compararla contra una base de datos de imágenes de personas buscadas.
Agregó que este tipo de cámaras se están instalando a lo largo y a lo ancho del Reino Unido sin que el público sea consultado. "La tecnología ha superado nuestra capacidad de regular", dijo a The Independent.
Agregó que este tipo de cámaras se están instalando a lo largo y a lo ancho del Reino Unido sin que el público sea consultado. "La tecnología ha superado nuestra capacidad de regular", dijo a The Independent.
"La tecnología de reconocimiento facial automático desarrollada por el Ministerio del Interior de ese país ha logrado una tasa de éxito del 90 por ciento y sigue mejorando", agregó el Sr. Rennison. "y esta capacidad implica una intrusión en la vida privada y familiar de los ciudadanos"- concluyó.
Se cree que Gran Bretaña posee el 20% de la totalidad de cámaras de vigilancia de circuito cerrado existentes en el mundo, y que cada londinense es captado por lo menos 300 veces al día por alguna de ellas.
Sus preocupaciones fueron muy bien recibidas por las sociedades civiles que protegen las libertades civiles y "vigilan a los vigilantes", pero advirtieron que el Ministerio del Interior ha socavado absolutamente los poderes necesarios para llevar adelante una regulación adecuada, sin facultades para inspeccionar y sancionar a los cámaras que violen la ley.
Se cree que Gran Bretaña posee el 20% de la totalidad de cámaras de vigilancia de circuito cerrado existentes en el mundo, y que cada londinense es captado por lo menos 300 veces al día por alguna de ellas.
Sus preocupaciones fueron muy bien recibidas por las sociedades civiles que protegen las libertades civiles y "vigilan a los vigilantes", pero advirtieron que el Ministerio del Interior ha socavado absolutamente los poderes necesarios para llevar adelante una regulación adecuada, sin facultades para inspeccionar y sancionar a los cámaras que violen la ley.
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