La testosterona aparece a menudo asociada con la agresión y la conducta antisocial, pero parece que los altos niveles de la hormona masculina, responsables del aumento de la libido y el desarrollo muscular, también hacen a los hombres menos propensos a mentir y engañar.
En un estudio, científicos de la Universidad de Bonn en Alemania aumentaron los niveles de testosterona de 46 hombres a través de un gel, mientras otros 45 fueron tratados con un placebo y luego se les invitó a participar en un estudio de comportamiento que implicaba un juego de dados en una cabina aislada, donde una mayor puntuación les otorgaba más dinero como recompensa.
El neurocientífico profesor Bernd Weber, de la Universidad de Bonn en Alemania, explica: 'Estos experimentos fueron diseñados de tal manera que los sujetos de prueba fueron capaces de mentir y los resultados demostraron que los hombres con más testosterona claramente mintieron con menos frecuencia, conviriténdose en más dignos de confianza".
"La probable razón de esta reacción es que la hormona aumente el orgullo y por lo tanto la necesidad de desarrollar una autoimágen positiva"- concluyó el científico.
Los resultados fueron publicados en línea por la revista Public Library of Science One.
En un estudio, científicos de la Universidad de Bonn en Alemania aumentaron los niveles de testosterona de 46 hombres a través de un gel, mientras otros 45 fueron tratados con un placebo y luego se les invitó a participar en un estudio de comportamiento que implicaba un juego de dados en una cabina aislada, donde una mayor puntuación les otorgaba más dinero como recompensa.
El neurocientífico profesor Bernd Weber, de la Universidad de Bonn en Alemania, explica: 'Estos experimentos fueron diseñados de tal manera que los sujetos de prueba fueron capaces de mentir y los resultados demostraron que los hombres con más testosterona claramente mintieron con menos frecuencia, conviriténdose en más dignos de confianza".
"La probable razón de esta reacción es que la hormona aumente el orgullo y por lo tanto la necesidad de desarrollar una autoimágen positiva"- concluyó el científico.
Los resultados fueron publicados en línea por la revista Public Library of Science One.
1 comentario:
En las profundidades de los océanos, debajo de toneladas de arena y de hielos eternos, y en las selvas enmarañadas, se ocultan las más enormes evidencias de un pasado globalizado administrado por una civilizaciòn superior de orìgen incierto que regía con una única cultura mundial.
A veces resulta irónico ver los esfuerzos científicos por entender las geografías y fenómenos de otros planetas, cuando todavía no somos ni medianamente capaces de comprender las zonas de difícil acceso del nuestro: todos estos sitios permanecen y permanecerán desde y por muchos siglos en el misterio mientras no se les dedique un presupuesto y un esfuerzo investigativo serio.
Ahora, el Google Earth se ha convertido en el más audaz de los arqueólogos y constantemente está entregando enormes sopresas, pero muchos años antes de que siquiera se soñara su existencia, en diciembre de 1975, un satélite norteamericano, el Landsat 2, buscando peras encontró olmos, y captó casi por accidente unas extrañas fotografías en una meseta de la misteriosa cadena del Pantiacolla, en plena selva Madre de Dios, en Perú, zona donde se producen frecuentes perturbaciones electromagnèticas en brújulas y altímetros.
Eran diez estructuras agrupadas en dos filas de cinco que sugerìan formas de gigantescas pirámides truncas con una altura de entre 150 y 200 metros, que fueron bautizadas como las Pirámides de Pantiacolla ( en aymará: "el lugar donde se pierden los collas" ).
El área Madre de Dios es conocida popularmente como la zona donde los incas se ocultaron de los españoles, entrelazada con la mítica leyenda de El Dorado o Paitii, y muy cercana a los bellísimos y enigmáticos Petroglíficos de Pusharo ( ver foto abajo ).
Varias expediciones llegaron al lugar para confirmar o deshechar la especulaciòn, pero no pudieron ponerse de acuerdo en sus conclusiones sobre su orígen natural o artificial, mientras que en sus contactos con los aborìgenes de la zona, los machiguengas, éstos les reportaron que ven permanentemente extrañas luces y escuchan ruidos enigmàticos que parecen provenir de las entrañas de la tierra,
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