"Es lo más extraño que he visto en mis 18 años en el mar", dijo un teniente de navío de la Marina Neozelandesa, luego de divisar y analizar un enorme área de 26.000 kilómetros cuadrados de lava solidificada y piedra pómez flotando a la deriva que apareció a mitad de camino entre las costas de Nueva Zelanda y Tonga.
El extraño fenómeno se asemeja a una capa de hielo polar, y fue detectado por un avión de la Fuerza Aérea el jueves, que advirtió a un barco de guerra que se dirigió hacia el lugar.
Se supone que este tipo de rocas de lava solidificada y piedra pómez llenas de burbujas de aire, han sido expulsadas de algún volcán submarino, y se sospecha que provienen de uno llamado Monowai, que ha estado activo recientemente.
Los científicos aseguraron que el fenómeno no guarda relación con el aumento de la actividad volcánica en Nueva Zelanda esta semana, que incluyó una erupción en el Monte Tongariro.
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