En Lewisville, Texas, la última moda es celebrar la fiesta de cumpleaños de los niños nó en parques ni jardines con tortas decoradas, sinó aprendiendo a usar correctamente un arma de fuego.
Armas y cartuchos esperan a los infantes en el salón Eagle Gun Range, un campo de tiro y a la vez salón de fiestas, abierto recientemente por David Prince.
La edad mínima permitida son 8 años para poder quedar por encima de la mesa de tiro y Prince garantiza a los pdres que la experiencia es totalmente segura.
El proyecto fue bien recibido por los residentes del lugar, donde se considera un orgullo portar armas y saberlas usar, mientras los detractores intentan argumentar que a esa edad los niños no son capaces de percibir la diferencia entre el juego y la realidad.
No es la primer imágen surrealista que llega al respecto, ya que hace algunos meses atrás en un club de tiro de Arizona fueron fotografiados unos niños rodeando a Santa Claus mientras cargaban armas semiautomáticas.
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