El servicio de seguridad del aeropuerto de Fiumicino, Roma, detectó a un hombre en la cinta transportadora entre las maletas de los turistas al aparecer su silueta en la pantalla del escáner de rayos X por el que debe pasar el equipaje tras ser facturado.
El hombre resultó ser un noruego de 36 años que se durmió en la cinta tras quedarse tumbado en ella ebrio. Después de ser localizado, fue trasladado al hospital para una revisión médica, ya que los rayos X son peligrosos para la salud humana, y deberá enfrentar una demanda administrativa por haber puesto en situación de alarma al aeropuerto.
Un responsable del servicio de seguridad intentó afirmar que el incidente no revela ninguna debilidad en el sistema de seguridad del aeropuerto más grande de Italia y agregó que no es la primera vez que sucede un hecho similar con personas “borrachas o con problemas psicológicos”.
Sin embargo, no había nadie de guardia en el mostrador de la aerolínea lo cual le permitió al embriagado turista recostarse en la cinta transportadora, y luego viajó casi 50 metros antes que las autoridades lo detectaran, y sólo lo hicieron por la notoria diferencia que su silueta marcaba con respecto al resto del equipaje, con lo cual es evidente que la seguridad no difiere mucho de las condiciones del involuntario intruso.
El hombre resultó ser un noruego de 36 años que se durmió en la cinta tras quedarse tumbado en ella ebrio. Después de ser localizado, fue trasladado al hospital para una revisión médica, ya que los rayos X son peligrosos para la salud humana, y deberá enfrentar una demanda administrativa por haber puesto en situación de alarma al aeropuerto.
Un responsable del servicio de seguridad intentó afirmar que el incidente no revela ninguna debilidad en el sistema de seguridad del aeropuerto más grande de Italia y agregó que no es la primera vez que sucede un hecho similar con personas “borrachas o con problemas psicológicos”.
Sin embargo, no había nadie de guardia en el mostrador de la aerolínea lo cual le permitió al embriagado turista recostarse en la cinta transportadora, y luego viajó casi 50 metros antes que las autoridades lo detectaran, y sólo lo hicieron por la notoria diferencia que su silueta marcaba con respecto al resto del equipaje, con lo cual es evidente que la seguridad no difiere mucho de las condiciones del involuntario intruso.
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