El Universo es un lugar diverso, y muchas estrellas son muy diferentes del sol.
Un equipo internacional ha usado el enorme Telescopio ESO Very Large montado en Chile ( incluído el VLT ) para estudiar las estrellas conocidas como de tipo O, que tienen muy alta temperatura, masa y brillo, y una vida corta y violenta, desempeñando un papel clave en la evolución de las galaxias.
También están vinculadas a fenómenos extremos, tales como "vampirismo estelar ', donde una estrella más pequeña chupa la materia de la superficie de su vecina más grande.
"Estas estrellas son gigantes absolutos", explicó Hugues Sana, de la Universidad de Amsterdam, Países Bajos, autor principal del mencionado estudio.
"Tienen 15 ó más veces la masa de nuestro sol y pueden ser hasta un millón de veces más brillantes. Son tan calientes que producen una brillante luz azul y blanca y tienen temperaturas superficiales de más de 30.000 ºC ".
Los astrònomos estudiaron muestras de 71 estrellas tipo O y estrellas individuales de dos en dos ( binarias ) en seis grupos jóvenes cercanos de la Vía Láctea.
Al analizar la luz que proviene de estos objetivos con mayor detalle que antes, el quipo descubrió que el 75% de todas las estrellas de este tipo existen dentro de sistemas binarios, una proporción más alta de lo que se pensaba anteriormente, y que estas parejas se encuentran lo suficientemente cerca como para interactuar a través de fusiones estelares o de transferencias "vampirescas" de masa.
Esta proprción mucho mayor de lo que se pensaba antes tiene profundas implicaciones para la comprensión de la evolución galáctica: las estrellas tipo O son apenas el 1% de las estrellas del universo, pero sus actividades violentas ejercen un desproporcionado efecto en su entorno, pudiendo generar o detener la formación de estrellas enriqueciendo las galaxias con sus elementos pesados, esenciales para la vida y con sus estallidos de rayos gamma, presentes en los fenómenos más energéticos del cosmos.
El sistema binario LH54-425, por ejemplo, consta de dos estrellas muy masivas, una más grande cuyo poderoso viento domina el de la más pequeña y crea una región de gas caliente donde chocan ambas y si no llegan a fusionarse, una puede alimentarse de la masa de la otra, generando profundos efectos en la forma de evolución estelar.
La estrella más pequeña en este caso está rejuveneciendo permanentemente al succionar hidrógeno fresco de su vecina, su masa se incrementa sustancialmente y sobrevivirá a su compañera mayor y además vivirá mucho más tiempo que una estrella común con la misma masa.
Esto enseña a los científicos una vez más que cualquier simplificación para explicar el Universo es completamente inútil, y que una galaxia puede parecer mucho más jóven de lo que reamente es, si se toma como única guía la luz que llega a los telescopios.
Por lo tanto, la mayoría de las conclusiones acerca de la edad de sistemas galácticos son erróneos y habrá que cambiar y ampliar los puntos de vista, permanentemente, si se desea comprender el Universo.
Un equipo internacional ha usado el enorme Telescopio ESO Very Large montado en Chile ( incluído el VLT ) para estudiar las estrellas conocidas como de tipo O, que tienen muy alta temperatura, masa y brillo, y una vida corta y violenta, desempeñando un papel clave en la evolución de las galaxias.
También están vinculadas a fenómenos extremos, tales como "vampirismo estelar ', donde una estrella más pequeña chupa la materia de la superficie de su vecina más grande.
"Tienen 15 ó más veces la masa de nuestro sol y pueden ser hasta un millón de veces más brillantes. Son tan calientes que producen una brillante luz azul y blanca y tienen temperaturas superficiales de más de 30.000 ºC ".
Los astrònomos estudiaron muestras de 71 estrellas tipo O y estrellas individuales de dos en dos ( binarias ) en seis grupos jóvenes cercanos de la Vía Láctea.
Esta proprción mucho mayor de lo que se pensaba antes tiene profundas implicaciones para la comprensión de la evolución galáctica: las estrellas tipo O son apenas el 1% de las estrellas del universo, pero sus actividades violentas ejercen un desproporcionado efecto en su entorno, pudiendo generar o detener la formación de estrellas enriqueciendo las galaxias con sus elementos pesados, esenciales para la vida y con sus estallidos de rayos gamma, presentes en los fenómenos más energéticos del cosmos.
La estrella más pequeña en este caso está rejuveneciendo permanentemente al succionar hidrógeno fresco de su vecina, su masa se incrementa sustancialmente y sobrevivirá a su compañera mayor y además vivirá mucho más tiempo que una estrella común con la misma masa.
Por lo tanto, la mayoría de las conclusiones acerca de la edad de sistemas galácticos son erróneos y habrá que cambiar y ampliar los puntos de vista, permanentemente, si se desea comprender el Universo.
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