sábado, 21 de abril de 2012

LA CIENCIA DE LOS ANTIGÜOS

DESATORMENTÁNDONOS
En nuestro sino de perpetuos aprendices tratando de alivianar el peso específico que los misterios ejercen sobre nuestra pequeñez, al igual que en una fórmula matemática, debemos ir despejando.
Despejando lo divino para que nos quede la sabiduría, lo aterrador para que vuelvan los puentes, la ignorancia para que se pegue en nuestro muro espiritual la comprensión científica.
Paradójicamente, somos una especie que al ser específicamente planificada, a la hora de rendirse cuentas a sí misma, resultó la más azarosa en el contexto cósmico, una rareza galáctica.
Tenemos un padre y una madre que vinieron de los cielos, pero que ya no están.
Y nos carcome el síndrome de ser hijos de desaparecidos, la incertidumbre desgarradora del abandono filial, de querer conocer y tocar el rostro del primigenio, y de preguntarle cara a cara el porqué, aunque en lo profundo de nuestra inteligencia sepamos que sólo obtendremos otro porqué.
Mientras tanto, debemos luchar contra nuestros propios monstruos que con tanta sádica perfección nos hemos creado como cancerberos de esa sangre metafísica cuya orden primordial es buscar los arcanos olvidados, el poder misterioso de la alquimia que producirá efectos transformadores y desencadenará nuestra memoria genética profunda para devolvernos los archivos divinos que hoy duermen en nuestro ADN
( blasfemamente llamado basura ) recuperándolos como principio activo y diferencial, abandonando su actual condición de oscuros, inconscientes, latentes, y nó manifiestos para darse a conocer a la luz de la conciencia ontogenética y filogenéticamente y, tal cual lo hace la luna con las mareas, elevarnos, compensar con su luz nuestras sombras para entregarnos a una dualidad definitiva.
Mientras tanto, seguiremos siendo una campana sin badajo, aunque en la profundidad de nuestros recuerdos ancestrales aún sabemos que entre ambas se logra un sonido anhelado, y por eso continuaremos escarbando su sustancialidad moldeando pacientemente una tendencia: volver tangible nuestra primer naturaleza, el paraíso primigenio.
TRATANDO DE COMPRENDER A NUESTROS PADRES, LOS ANTIGÜOS
Ciencias superiores ancestrales todavía ni siquiera descubiertas exigen para su comprensión una estructura mental particular, imposible de captar con un pensamiento binario D.O.S. como el actual, aunque sus ecos aún subsisten en lo profundo de nuestro inconsciente: de alguna forma sabemos que hay algo sabio y eterno dentro nuestro.
Es así que debemos divorciarnos definitivamente de la ciencia arrogantemente mecanicista que sólo concibe el objeto visible ( por eso se llama objetiva ) y comenzar a tratar de entender todo aquello que posee fuerza, dimensión y energía, sea visible o invisible.Los antigüos poseían una ciencia multivalente que tenía en cuenta la obra silenciosa de las poderosas leyes cósmicas.
Como tímidamente algunos investigadores modernos comienzan a sospechar, aunque aún muy lejos de comprenderlo, los antigüos utilizaban la que nosotros ( quienes hacemos este blog ) llamamos Ciencia Madre ( principio femenino, porque su actitud no es la de tratar de introducirse en la naturaleza tal cual se es – una escición de la mente masculina -, sinó la de recibirla ) y la misma se reflejaba en un contexto polidimensional que nosotros aún estamos lejos de comprender.
Sus construcciones megalíticas son uno de los pocos legados que la bestialización posterior no pudo destruír y hoy confunden al necio, humillan al arrogante e iluminan al aprendiz.
LINEAS LEY: LAS AUTOPISTAS OCULTAS DE LA ENERGÍA
Las Líneas Ley constituyen literalmente el mapa del campo magnético terrestre, sus vórtices magnéticos y sus tránsitos acuíferos y energéticos subterráneos que en nuestra civilización contemporánea, fueron descubiertas ( o mejor dicho, re-descubiertas ),
bautizadas como tales y enunciadas por el arqueólogo aficionado Alfred Watkins en su libro Old Straight Track brought publicado en 1921, en el cual explicaba que luego de estudiar y fotografiar las ruinas ancestrales de Gran Bretaña
había llegado a la conclusión de que todas estaban alineadas en sincronía ( luego lo ampliaría en otras dos obras, Early British Trackways ( 1922 ) y The Old Straight Track ( 1925 ).
Los druidas aún conservaban en sus recuerdos de la Ciencia Madre la conciencia de estas energías deslizándose como serpientes a través del suelo como fuerzas telúricas, y además de considerarlas vías espirituales conocían su nacimiento desde el tránsito de las napas subterráneas del planeta, tanto de lava como de agua o cualquier otra manifestación energética.
Al igual que los antiguos, todavía sabían construír sus lugares sagrados como Glastonbury o la catedral de Chartres, sobre cauces energéticos que respetaban los parajes más convenientes para canalizar benéficamente sus propiedades inherentes, complementando los mismos con canalizadores, los menhires y los dolmenes.
Se consideraban a sí mismos como Hijos de la Serpiente cósmica, (Naddred, Adder) y de hecho fueron la última manifestación conocida en occidente aún conectada, al menos fragmentariamente , con la Ciencia Madre antes del ocaso de su total degeneramiento.
El enunciado de Watkins ( que las bautizó “ley lines” por el simple hecho de que los lugares donde las líneas que él estudió se cruzaban o finalizaban tenían nombres que finalizaban con “ley””ly” o “leigh” ) fue luego identificado más técnicamente por otros estudiosos europeos que adhirieron instantáneamente a su teoría.
John Michell, identifico 22 alineamientos ( actualmente se conocen más de 400, sólo en Gran Bretaña ), y luego de años de mapeo se constituyeron asociaciones como The Old Straight Track Club , The Dragon Project Trust o The Institute of Geomantic Research, que agregaron al descubrimiento de estas líneas energéticas utilizadas técnica y científicamente por los Antigüos, la creencia de que un sendero espiritual se encontraba a su vez unido a los canales telúricos de la tierra incorporando el psiquismo y la radiestesia en sus detecciones de Líneas Ley.
Los puntos de mayor energía de esta red global (puntos vórtices), son conocidos como "Líneas Dragón" ( simbolizados por la serpiente ) y en ellos se encuentran los principales vórtex energéticos megalíticos ancestrales canalizando como puntos de resonancia por excelencia el magnetismo polar y un sinfín de sutiles y complejas energías, telúricas, cósmicas y electrobiológicas.
LAS FUERZAS TELÚRICAS
No existe el flujo o radiación recta en ninguna fuerza telúrica: no muestran el más mínimo interés en tomar el camino más corto. Todas tienden a seguir caminos espiralados.
También lo hace la magnetósfera terrestre y nuestro propio planeta sigue un curso espiralado en su viaje por la Vía Láctea.Si se fuerza el aire, el gas o el agua a pasar por estrechos tubos, no pierden su tendencia: por el contrario, comienzan a moverse en espirales de curvas más cortas.
La tremenda fuerza que requiere sostener una manguera de bomberos para que no se contorsione se debe a que dentro de ella dos espirales gemelas de agua presionan sobre sus costados.
El mismo principio mueve los océanos, de los cuales sólo vemos la parte superficial, o nuestra propia sangre, que recorre las venas y las arterias en espiral.Las corrientes y líneas subterráneas de fuerza se comportan de modo similar, como bien lo saben los zahoríes y su vara adivinatoria, que detecta las pulsaciones rítmicas y la sensación continua del movimiento espiralado, que no es ni más ni menos que una determinada frecuencia.
Así, todos los lazos de las fuerzas telúricas generan diferentes frecuencias, las cuales combinadas crean una cadena de vórtices energéticos con flujos hacia adentro y hacia afuera que a la vez producen una onda-pulso.
Esta onda-pulso continúa su camino descargándose e influyendo sobre otros cursos de líneas energéticas hasta llegar, en efecto dominó, a proporciones infinitas.Es lo mismo que ocurre, a escala, con nuestro propio cuerpo, el cual consituye una dimensión: dentro del mismo poseemos energías y fuerzas movilizables.
Para ponerlas en movimiento, primero debe provocarse una onda-pulso en el cerebro entre la sangre y las frecuencias de los tejidos, descargarlo en la mielina, ésta transformar la onda-pulso en una larga cadena de energía eléctrica para los nervios, provocar en éstos un vórtice de energía y luego otro en la dirección del mensaje del nervio, y luego otro y otro más, y así hasta que esta larga línea de explosiones de comunicación alcancen una célula nerviosa que pueda estimular uno o varios órganos.
Todo este proceso se compone entonces de vórtices separados de energía que no viajan en dirección continua: el mismo comportamiento que siguen las fuerzas telúricas.A su vez, existen los minerales ( que en nuestro cuerpo equivaldría a las células ), que al cruzarse en el camino de los cursos telúricos, producen un área estática, reconfigurando líneas divergentes de energía, dotándolas de nuevas propiedes y características, capaces de ser activadas para obedecer leyes de alta o baja carga, y conducir energía cósmica o reformular las propias energías telúricas. Son las piedras megalíticas del pasado ancestral.
Algunos textos sobrevivientes referentes a la ciudad sagrada frisona de Fasta, dan cuenta de la obligación de cualquier visitante a la ciudad de quitarse las armas y todo objeto metálico que pueda interferir adversamente con el curso energético allí trazado.Fasta - que sólo mencionamos como un botón de muestra de una arquitectura que era global - estaba iluminada perpetuamente por lámparas cuya corriente eléctrica ( que posee una velocidad similar a la de la luz natural, 299.793 kilómetros por segundo ) era generada por pulsos de electrones uno contra otro en progresión por vórtices, similar al de un mensaje nervioso.
Continuando con este ejemplo, la carga de un nervio es siempre la misma pero los mensajes viajan a velocidades distintas por nuestro cuerpo, siendo las más lentas las que registran el dolor ( el cual nos llega con milésimas de retraso con relación al golpe o herida recibida ).
Así, pueden formarse en la naturaleza circuitos con piedras que hagan circular la energía a distintas velocidades y con diversos fines acordes con la misma, yendo desde energetizaciones tendientes a conducir a la meditación, el rélax o las curaciones en los seres humanos o bien, combinadas con otros fenómenos energéticos fundamentales como el magnetismo, y reforzadas por su ubicación estratégica sobre poderosos lazos y espirales, influír contundentemente y a gran escala en el mundo físico.
La naturaleza es básicamente conservadora, y sus latidos se reflejan del mismo modo arriba y abajo, afuera y adentro, y como un enorme cuerpo también en ella guardan una estrecha relación las espirales y corrientes magnéticas y telúricas con las influencias cíclicas del sol y la luna ( y más allá, en una cadena que llega hasta los confines mismos del universo y sus cuerpos celestes ), al igual que en los sistemas nerviosos y electromagnéticos de hombres y animales.
La propia estructura de nuestras ciudades es un atentado criminal que obstruye e incluso interrumpe estos flujos y priva al hombre de su interacción biológica, desnaturalizándolo.En cuanto a las piedras megalíticas, todavía se reportan luces neblinosas sobre algunas de ellas, como si pese a la barbarie posterior, el circuito no hubiera podido ser desmantelado completamente.
Pilotos que sobrevuelan el Amazonas han reportado en numerosas ocasiones luces brillando en el medio de la selva donde no deberia haber absolutamente nada ( y donde seguramente hay ciudades ancestrales ocultas con algunos de sus circuitos energéticos intactos ).
ALGUNAS HISTORIAS
El arqueólogo T.C.Lethbridge, buscando la fecha de un círculo de piedra en Cornwall recibió un fuerte shock de una piedra que tenía en su mano, y el péndulo que estaba utilizando comenzó a girar enloquecido.La piedra, ya en el piso, comenzó a vibrar sin razón aparente.
En Trelleck, Monmout, existen tres piedras alineadas de las cuales la central despide un enorme poder, a punto tal que un día dos zahoríes que pusieron sus manos encima fueron repelidos hacia atrás.
Algo similar le ocurrió a un guía bosquimano en un manantial sagrado en el desierto de Kalahari cuando una extraña fuerza lanzó en vilo su cuerpo hacia un costado. El asustado bosquimano dijo después que los espíritus que habitaban las rocas lo habían castigado por profanar el lugar.
Las pirámides más antigüas conocidas tienen una geometría perfecta, y están construídas con secuencias resonantes con las estructuras de las formas de vida, y, cabe sospecharlo, también de todo lo que hay en el universo.
Está comprobado que una pirámide o cono colocado sobre una configuración telúrica espiralada por circuitos que sean múltiplos de siete ( como los terraplenes cónicos de Silbury Hill, en Gran Bretaña ) produce una vibración que modifica otras energías.
Tanto en Nazca como en la isla de Lewis, los muertos eran enterrados sobre miles de líneas paralelas que iban a encontrarse luego con otras líneas, todas en una disposición geométrica y secuencia apropiada.
ISLA DE LEWIS
Se sabe que dos paralelas cuando son cruzadas por una línea primaria manifiestan fuerzas considerables. Cuando se coloca un palo erguido en la línea central de la fuerza de un flujo de agua, éste no parece afectarse ( continúa en la misma dirección ), pero en las espirales paralelas de fuerzas cercanas al lado en que el palo se encara a la dirección del flujo, se produce una zona estática y desde ella , las cadenas de espirales paralelas que hasta entonces giraban en direcciones opuestas a cada lado de la línea de agua, se deshacen.
En la Stanzas de Dzyan hindú, se reza:“Las moradas de Fohat ( electricidad y magnetismo ) son muchas. Coloca a cuatro hijos ardientes ( energía positiva ) en los cuatro círculos ( el Ecuador, la Elíptica y los Trópicos ) y presidirás climas”.La idea de dos polos magnéticos receptáculos y liberadores de la vitalidad terrestre es un concepto ancestral, y los ejemplos podrían inundar este post hasta el infinito.
Las piedras sobrevivientes de lugares que alguna vez fueron centros energéticos megalíticos, parecen haber grabado internamente, como un archivo de computadora, las impresiones del pasado y todavía hoy ejercen considerables poderes, algunos muy violentos, aunque en ciertos casos increíblemente selectivos conforme al karma de quien intenta investigarlas.
Casi de más está decir que las herramientas utilizadas por estos constructores megalíticos se parecen y tienen las mismas características culturales en todo el planeta: América, Europa, Asia, Africa, Australia.
Delineadas por un complejo de espirales, lazos magnéticos y cursos telúricos, poderosas obras de piedra fueron levantadas por estos arquitectos ancestrales para preservar su conocimiento en un código que durara siglos, creando puentes entre las formas y las secuencias de las ondas cósmicas, nó para que “desafíaran” las leyes naturales como nos nace expresar a nosotros, los contra natura, sinó para que las acompañaran, amplificándolas y transformándolas.

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