Según un reciente estudio llevado adelante por un equipo de científicos alemanes, en los cuales se analizaron las medidas de cintura y cadera de 20.000 personas por más de cuatro años, beber cerveza no es la causa principal para desarrollar las típicas "barrigas cerveceras" ( tal vez injustamente apodadas de tal manera ).
Se les pidió a los participantes detalle de la cantidad de cerveza que bebían y de los productos que más consumían diariamente, llegándose a la conclusión de que el consumo de cerveza genera aumento de peso, pero que es exagerada la creencia de que el efecto del mismo se acumula todo específicamente en el área del estómago.
El aumento en el volúmen del abdómen está asociado en realidad con el aumento de la grasa total del cuerpo, según explicaron los investigadores del Instituto Alemán de Nutrición Humana Potsdam-Rehbrücke y de la Universidad de Gotemburgo en Suecia.
Las mujeres fueron catalogadas dentro de cuatro categorías y los hombres en cinco.
Para las mujeres situadas en la categoría "moderada" significaba un consumo de por lo menos 250 ml de cerveza al día, mientras que para los hombres, "moderado" significaba de 500 a 1000 ml diarios.
Un estudio realizado en la República Checa, y publicado en 2003 había concluído que beber cerveza en sí no era causa de grandes cambios de peso, conclusión con la cual los alemanes no están de acuerdo.
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