Una empresa estaodunidense ha desarrollado un sistema de receptores fotovoltaicos con la apariencia de una enredadera, para integrar visualmente los paneles de energía renovable, teniendo en cuenta las constantes quejas sobre su hasta ahora poca o nula contribución estética de estos sistemas ecológicos.
No es el caso de la enredadera Solar Ivy, que la empresa neoyorkina Smit ha elegido para este sistema fotovoltaico.
Se trata de hojas flexibles que actúan como paneles solares, combinando tecnología fotovltaica y piezoeléctrica, y su inferior tamaño con respecto a los paneles clásicos, la convierten en extremadamente versátiles, y estéticas.
Están disponibles en diversos colores y van instaladas sobre una malla metálica de cable de acero inoxidable, en la que se pueden disponer cientos de ellas con la densidad y la distribución que se prefiera.
Se puede optar entre células orgánicas fabricadas con materiales reciclables, con CIGS, un material semiconductor más eficiente y con una durabilidad de 15 años, o con hojas de silicio amorfo.
Los precios varían entre los 18 y los 22 dólares por hoja, dependiendo del modelo elegido.
Cada hoja fotovoltaica, peso aproximadamente 250 gramos, y produce entre 0,5 y cuatro vatios de electricidad por hora, dependiendo de la cantidad de horas de sol.
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