Australia se ha sumado a los países que han oficializado el tercer sexo, al ofrecer en sus pasaportes una nueva opción de género: indeterminado, o “X”, además de las clásicas casillas de “masculino” y “femenino”.
La intención gubernamental es ir contra la discriminación de hermafroditas, transexuales e individuos genéticamente indefinidos en el aspecto sexual, quienes podrán listarse con una “X” mientras su declaración esté apoyada por un certificado médico que lo confirme especificando que la persona en cuestión se encuentra recibiendo un tratamiento clínico apropiado para su transición a un nuevo género sexual, o que posee un tercer sexo y no se identifica con el de nacimiento.
Previamente, la única manera de poder cambiar de sexo ( siempre entre las dos opciones clásicas, masculino y femenino ) era pasando por el quirófano, lo cual para algunas personas es imposible por razones médicas, más allá de su intención y voluntad.
La impulsora del proyecto ha sido la senadora australiana Louise Pratt ( cuya pareja es transgenérica, es decir nació mujer pero actualmente se identifica como hombre ), y opina que la reforma es un reconocimiento a los derechos humanos representando una notable mejoría para aquellas personas que al viajar suelen enfrentar cuestionamientos e incluso detenciones en aeropuertos por no coincidir su apariencia con su status sexual o con la foto de su documento.
Kevin Rudd, ministro de Relaciones Exteriores, dijo que las nuevas reglas eliminan la discriminación en términos de identidad de género y orientación sexual.
"Esta enmienda reduce significativamente el agobio administrativo para la gente de género y sexo diverso que quiere un pasaporte que lo represente genérica y físicamente", señaló en un comunicado.
Aún así, el Departamento de Relaciones Exteriores advirtió que los problemas podrían perdurar por el hecho de que el pasaporte es un documento de identidad secundario, por debajo del certificado de nacimiento, que depende de leyes estatales y no federales y que se continuará avanzando hasta lograrse una reforma nacional en línea con las leyes antidiscriminatorias.
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