Casi todos los mamíferos tienen una red de venas superficiales que controlan la temperatura rápidamente, y los seres humanos no son una excepción.
Pero al igual que algunos otros procesos biológicos, éste puede ser engañado, con ingeniería fisiológica, en este caso con un guante refrigerado creado por científicos de la Universidad de Stanford que podría ser más potente que los esteroides.
Las redes de venas bajo la piel, llamadas anastomosis arteriovenosas (AVA), hacen que la sangre fluya mínimamente durante los tiempos fríos, pero puede representar hasta un 60 por ciento del gasto cardíaco durante el tiempo cálido o mientras se realiza ejercicios físicos.
El guante, cuya apariencia no difiere mucho al de un refrigerador portátil, juega con esta reacción, desde las palmas de las manos que son nuestro principal referente como en los perros lo es su lengua colgando.
Cuando la mano entra en el guante se crea un ligero vacío, lo que hace que las venas de la palma se amplíen y extraigan sangre a través de las redes AVAS.
Un forro de agua fría en el guante enfría la sangre a medida que comienza a circular a través del cuerpo, y es tan efectiva en la recuperación después del ejercicio o de la competencia podría ser más efectiva que el uso de esteroides.
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