Unos pocos segundos salvaron al británico Bernard Williams, de 55 años, de morir quemado por un rayo, cuando abandonó su coche y se fue corriendo a su casa , justo antes de que un rayo cayera en el mismo lugar donde había estado, partiendo las ramas de un árbol y rompiendo los vidrios de la ventanilla y las luces traseras del automóvil de Williams, por si quedaran dudas de su extremo poder.
El accidente climático ocurrió en la ciudad británica de Pudsey, West Yorkshire (Reino Unido) y fue capturado por una cámara de vigilancia exterior.
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