Un estudio realizado a través de más de 20 años sobre monos Rhesus de diversas edades, alimentados con una dieta conteniendo 30% menos de calorías, ha demostrado que un régimen hipocalórico mejora ciertos factores de la salud, pero no alarga la esperanza de vida.
El biólogo español Rafael de Cabo, quien lideró el experimento, opina que el mismo es un paso adelante en la comprensión de cómo las restricciones calóricas actúan y cómo influyen la composición de la dieta, la genética y otros factores.
La investigación demostró que la esperanza de vida de los macacos, que habitualmente alcanza los 27 años, no se incrementó ni entre los monos mayores, de entre 16 y 23 años en el momento de iniciar la dieta, ni entre los más jóvenes, menores de 14 años cuando comenzó el experimento.
No obstante, los investigadores descubrieron que la restricción aportó algunos beneficios al metabolismo de estos primates, presentando menores niveles de triglicéridos, colesterol y glucosa, especialmente entre los machos, así como una incidencia "notablemente menor" de cáncer entre los primates más jóvenes.
La investigación, que podría prolongarse durante otras dos décadas, se centra ahora en averiguar las claves metabólicas y moleculares responsables de los efectos de la restricción calórica sobre el organismo.
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