Si Usted siente que su teléfono está vibrando en su bolsillo y de repente vé que en realidad el móvil está sobre la mesa, Usted acaba de experimentar una vibración fantasma.
Una nueva investigacion sobre este fenómeno fue dada a conocer esta semana y es el tercer estudio que se lleva a cabo sobre el tema, con los cuales se ha llegado a las siguientes conclusiones:
Ochenta y nueve por ciento de los participantes de pregrado en el estudio experimentaron vibraciones fantasmas. En los dos estudios anteriores, una tesis doctoral de 2007 que encuestó a la población en general y una encuesta realizada en 2010 al personal de un hospital en Massachusetts, EE.UU., también la gran mayoría indicó haber experimentado vibraciones fantasmas.
También se determinó que éstas se producen con bastante frecuencia, y un 10% de los encuestados las experimenta todos los días, mientras un 88% lo hace semanal o mensualmente.
Quienes usan el teléfono con mayor frecuencia tienen aproximadamente el doble de probabilidades de sentir las vibraciones fantasmas, y curiosamente, nadie se siente molesto ni asombrado por este extraño fenómeno ( 91% dijo que le molestaba de "ligeramente" a "nada en absoluto" ) considerándolo una parte normal de la experiencia interactiva con el teléfono móvil, aunque los adultos se preocupan más por intentar poner fin a estas vibraciones ( 75% ) que los estudiantes que no hicieron ningún intento ( 80% ).
Quienes reaccionan con mayor fuerza emocional a textos y llamados debido a las características de una personalidad más permeable a los estímulos sociales ( neuróticos y extrovertidos ), son más propensos a experimentar este fenómeno ( un estudio realizado en Japón en 2008 con estudiantes de secundaria confirmó esta tendencia relacionada con la dependencia de los mensajes de texto ).
La cuestión es que todavía no hay una manera científicamente aceptable de estudiar el fenómeno, ya que lo investigado hasta el momento se basa en la comunicación de las propias experiencias de los encuestados y no existe una tecnología que pueda medir en tiempo real las percepciones reportadas y así presentar un informe empíricamente aceptable.
Los científicos ni siquiera han podido establecer si se trata de una enfermedad ( siempre se presenta sin presencia de otras patologías como alucinaciones o mareos ), o una sensibilidad extrema a tonos auditivos lejanos, y esperan progresar en el estudio a través de técnicas de escaneo cerebral.
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