SI HAY RADIACTIVIDAD, QUE NO SE NOTE

En julio de 1957, estos cinco voluntarios más el camarógrafo George Yoshitake fueron expuestos por su gobierno ( para aquéllos que objeten que eran voluntarios, debemos decir que se les dijo a estos dos mayores, dos coroneles y un oficial, que la prueba era completamente segura ) sólo para tranquilizar a la población durante la guerra fría respecto a que la energía nuclear era segura si se guardaba una distancia "prudencial" ( se vivía una paranoia constante por un probable ataque nuclear ruso ).

En el desierto de Nevada, un avión F-89 hizo explotar una bomba atómica prácticamente sobre sus cabezas mientras los cinco hombres ( que no sólo eran norteamericanos, sinó también soldados del ejército ) observaban la detonación sin ninguna protección, ni siquiera gafas de sol ( salvo uno de ellos ).

Luego de la explosión, los voluntarios festejaron, dijeron que la experiencia había sido hermosa, y que habrían deseado compartirla con todo el mundo, se fumaron un cigarrillo y se retiraron felices y confiados: todo había sido un éxito, su gobierno había sabido protegerlos con la distancia correcta  y habían contribuído a tranquilizar a la población, especialmente a esos "conspiranoicos" que ya comenzaban a surgir advirtiendo sobre los efectos devastadores de la radiación nuclear, y que seguramente eran espías secretos de la Unión Soviética. 

   

En julio de 2012, la prefectura de Fukushima, en Japón, abrió su primer playa a los bañistas luego del desastre nuclear del año pasado, asegurándoles que el agua era limpia y segura.

La playa de Nasoko está ubicada a sólo 65 kilómetros del lugar del siniestro nuclear.

Más de 1.000 personas chapotearon felices y pasaron un inolvidable día de playa con juegos y risas en un ambiente familiar lleno de niños.

Luego, al igual que los cinco oficiales estadounidenses hace 55 años, se retiraron felices y confiados: todo había estado maravilloso y su gobierno había sabido protegerlos.