domingo, 3 de junio de 2012

LOS NIÑOS PRIMERO...DESPUÉS USTED

La autora de ciencia ficción (¿?) Elizabeth Luna reavivó la polémica sobre implantación de códigos de barra y microchips en seres humanos al proponer que podría ser beneficioso colocar dígitos de barra en los bebés recién nacidos, en una entrevista radial concedida a la BBC.
"Yo insistiría en que cada individuo tenga un identificador único fijado de manera permanente - un código de barras si se quiere -,  un chip implantado para proporcionar una forma fácil y rápida de bajo costo para identificar a las personas", dijo sin ponerse colorada en un programa semanal llamado El Foro, de acuerdo con el  New York Daily News . 
ELIZABETH LUNA, UNA JOYITA ( O SIMPLEMENTE UN SINCERAMIENTO PÚBLICO DE LOS SUEÑOS DEL ESTABLISHMENT )
De acuerdo con Luna, de 67 años, las medidas permitirían al estado un control más eficiente y económico que las actuales herramientas de  vigilancia e identificación, tales como cámaras de vídeo y pruebas de ADN, que ella considera lentos y costosos.
Los defensores de las libertades civiles han criticado estos totalitaristas esfuerzos alegando que se crearía una sociedad orwelliana carente de privacidad, bajo la mirada ominpresente del "Gran Hermano ".
"Sería una cosa espantosa", "contraatacó" Jay Stanley, analista de políticas en la Unión Americana de Libertades Civiles, en declaraciones efectuadas al mismo periódico.
Nosotros coincidimos con Stanley, pero a la vez consideramos como inevitable este futuro, lo cual puede simplemente proyectarse a través de los avances exponenciales de los gadgets de control, como podemos ver en algunos simples ejemplos seleccionados:
En 2002, un chip de identificación implantable llamado VeriChip fue aprobado en los EE.UU. por el Food and Drug Administration aunque luego desmantelado, en 2012 una compañía biotecnológica desarrolló un chip para suministrar medicamentos internamente a las personas a tiempo y sin inyección, desde 2006 los pasaportes estadounidenses incluyen etiquetas de identificación por radio frecuencia (RFID) que almacenan toda la información contenida en el pasaporte incluyendo una foto digital del titular y que al escanerarse levanta toda la información privada concerniente al usuario.
Ya en 2010, hubo concretamente un proyecto de colocar códigos de barra a las personas, que fue abandonado ( para nosotros, simplemente postergado ) debido a las presiones sobre invasión a la privacidad, pero el proyecto continuó avanzando disfrazado de emprendimientos privados, como el de la compañía de tecnología BIOPTid que patentó un método no invasivo de identificación llamado "código de barras humano"
Los defensores de los métodos de identificación futuristas dicen que el código de barras podría ayudar a los padres o tutores hacer un seguimiento de los niños, como ya se ha puesto en práctica en Brasil incorporando a los uniformes de los escolares un mecanismo de rastreo, y que podrían ser utilizados para acceder fácilmente a los registros médicos, y harían el paso por la seguridad en aeropuertos y estaciones de tren más convenientes para los viajeros, que ahora están obligados a permanecer en las líneas y pasar por los escáneres ( paranoia generada por los mismos que ahora intentan ofrecer opciones menos molestas ), y de ex profeso disimulan la intención totalitaria que se esconde detrás de una oferta de mayor comodidad y seguridad, además de la absoluta inseguridad que tienen los sistemas informáticos, como se ha demostrado constantemente ( el grupo Anonymous hackea regularmente organismos de seguridad y defensa de los países, virus industriales rompen la seguridad de plantas nucleares ) y que, ante una generalización de este tipo, hackeándola podrían adueñarse de la vida privada de millones de ciudadanos y manipularla, borrarla y rehacerla a su antojo. 

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