Por primera vez en la historia, se ha logrado guardar imágenes en un formato no sólido que luego pueden ser reproducidas con normalidad.
Los científicos han logrado archivar películas en un formato totalmente nuevo: el gas y si bien la técnica, llamada "Almacenamiento Temporal Multiplexado de Imágenes en una Memoria de Eco de Gradiente", está todavía en su etapa experimental, alguna vez podría constutuír un bloque de construcción básico de un ordenador cuántico.
Básicamente, la información se guarda en pequeños frascos de rubidio, transmitiéndola a través de la luz en unos tubos especiales que generan un campo magnético y para luego reproducirlas, se voltea hacia atrás el campo magnético mientras se vuelve a encender el rayo de control, permitiendo a los átomos comenzar a moverse en la dirección opuesta.
Los científicos han logrado archivar películas en un formato totalmente nuevo: el gas y si bien la técnica, llamada "Almacenamiento Temporal Multiplexado de Imágenes en una Memoria de Eco de Gradiente", está todavía en su etapa experimental, alguna vez podría constutuír un bloque de construcción básico de un ordenador cuántico.
Básicamente, la información se guarda en pequeños frascos de rubidio, transmitiéndola a través de la luz en unos tubos especiales que generan un campo magnético y para luego reproducirlas, se voltea hacia atrás el campo magnético mientras se vuelve a encender el rayo de control, permitiendo a los átomos comenzar a moverse en la dirección opuesta.
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