Se trata de otro experimento que rompe saludablemente reglas cardinales y estuvo a cargo de un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de los EE.UU.( NIST ) y del Joint Quantum Institute, quienes literalmente hicieron llegar un haz de luz 50 nanosegundos antes de lo que habría tardado si viajaba a la velocidad de la luz, es decir, provocaron una luz más rápida que la luz.
Nada puede moverse ( todavía ) más rápido que la luz pero jugando algunos trucos, los científicos quebraron los estándares mediante una técnica que mezcla cuatro ondas/pulsos de luz en una celda climatizada con vapor de rubidio y las reorganiza de manera que al moverse hacia adelante provoquen una joroba, el vapor amplifique el impulso y cambien su punto máximo hacia adelante volviéndose súperlumínicas.
Esta paradoja se logra gracias a la onda senoidal que parte de la luz en sí misma, y que llega unos pocos nanosegundos antes de lo que lo haría si se hubiera trasladado a la velocidad de la luz.
Un pulso de luz ultracorto es una onda curvada, con una joroba que representa el pico de la ráfaga y Ryan T.Glasser, Vogl Ulrich y Paul D. Lett manipularon este pico de la siguiente manera:
Dispararon pulsos làser ultracortos (200 nanosegundos) en la nube de vapor de rubidio, y a su lado dispararon un segundo láser a una frecuencia diferente.
El rubidio amplificó la luz, por lo cual su joroba se inclinó hacia delante y mientras esto ocurría, los fotones - porque la luz es una onda y una partícula - interactuaron con el vapor y formaron un segundo impulso, que también podría ser ajustado para viajar más rápido o más lento de lo que se supone.
Los picos de estas ondas de luz llegaron a sus objetivos 50 nanosegundos antes de lo que deberìan si estuvieran viajando en una constante C.
Además de romper las reglas, el equipo del NIST utilizará el experimento para estudiar algunos de sus extraños efectos cuánticos lo cual podría ser útil en el procesamiento de información cuántica.
Nada puede moverse ( todavía ) más rápido que la luz pero jugando algunos trucos, los científicos quebraron los estándares mediante una técnica que mezcla cuatro ondas/pulsos de luz en una celda climatizada con vapor de rubidio y las reorganiza de manera que al moverse hacia adelante provoquen una joroba, el vapor amplifique el impulso y cambien su punto máximo hacia adelante volviéndose súperlumínicas.
Esta paradoja se logra gracias a la onda senoidal que parte de la luz en sí misma, y que llega unos pocos nanosegundos antes de lo que lo haría si se hubiera trasladado a la velocidad de la luz.
Un pulso de luz ultracorto es una onda curvada, con una joroba que representa el pico de la ráfaga y Ryan T.Glasser, Vogl Ulrich y Paul D. Lett manipularon este pico de la siguiente manera:
Dispararon pulsos làser ultracortos (200 nanosegundos) en la nube de vapor de rubidio, y a su lado dispararon un segundo láser a una frecuencia diferente.
El rubidio amplificó la luz, por lo cual su joroba se inclinó hacia delante y mientras esto ocurría, los fotones - porque la luz es una onda y una partícula - interactuaron con el vapor y formaron un segundo impulso, que también podría ser ajustado para viajar más rápido o más lento de lo que se supone.
Los picos de estas ondas de luz llegaron a sus objetivos 50 nanosegundos antes de lo que deberìan si estuvieran viajando en una constante C.
Además de romper las reglas, el equipo del NIST utilizará el experimento para estudiar algunos de sus extraños efectos cuánticos lo cual podría ser útil en el procesamiento de información cuántica.
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