viernes, 13 de abril de 2012

UN LUJOSO REFUGIO PARA EL DÍA DEL JUICIO FINAL EN KANSAS

Muy por debajo del piso, en las praderas de Kansas, un antiguo silo de misiles abandonado ha sido lujosamente reacondicionado para sobrevivir al "Doomsday", siendo capaz de soportar lo que sea: pandemias, escasez de alimentos, ataques terroristas, tsunamis, llamaradas solares o colapsos económicos.
Una de estas habitaciones anti-todo podría ser suya por dos millones de dólares ( piso completo ) o un millón ( medio piso ), aunque si fallase no habrá nadie que pueda devolverle su dinero ( que de todas maneras no serviría ya para nada ) y es por eso que cada vez que posteamos noticias sobre búnkers de este tipo, insistimos que se trata del mejor negocio que existe en todo el mundo, ya que al venderlo Ud. puede prometer exactamente lo que le pidan que prometa, pues seguramente el reclamo no existirá jamás: si el colapso apocalíptico no se produce, nadie reclamará nada, y si falla, no habrá nadie que pueda reclamar ni a quien hacerlo.
Sin embargo, cuatro compradores no se han dejado influenciar por este tipo de pensamientos y han adquirido su condominio en Kansas a su constructor, Larry Hall, de 55 años, quien ha diseñado ambientes tan lujosos y atractivos para pasarla cómodamente durante el fin del mundo, que él mismo ha adquirido uno. 
Dice que su temor es que las erupciones solares colapsen las redes eléctricas y causen el caos, y que mientras nada pase utilizará el lugar como un lugar para ir de vacaciones ( pagadas seguramente por los otros compradores ).
Hall no es el primero en comprar un silo abandonado de misiles nucleares y transformarlo en un refugio con paredes de concreto de nueve metros de espesor y 53 metros bajo tierra. 
Los condominios están ubicados dentro de un núcleo de acero y hormigón colocado en el interior de la ya espesa estructura original, y cuentan con servicios higiénicos, baño y lavabo doble, sala de estar con chimenea, barra de desayuno, accesos que funcionarán sólo con huellas digitales, techo con luces empotradas, cocina con todas las comodidades de la vida moderna, dormitorios con closets walk-in, dos salas de estar, piscina, sala de cine, biblioteca, centro médico, escuela, granja con cultivo de peces y hortalizas suficiente para alimentar 70 personas durante 5 años.
Tres pisos y medio ya se han vendido, dos contratos están a la firma y quedan sólo dos unidades disponibles, ya que de las 14 plantas subterráneas construídas sólo la mitad están destinadas a condominios, siendo el resto destinado a almacenaje.
Hall espera vender todo el paquete para agosto, y está solicitando todo el pago por adelantado, figurando entre los interesados un jugador de la NFL, un piloto de carreras, un productor de cine y varios políticos famosos, mientras cada evento catastrófico, terremoto, explosión solar o tsunami multiplica las ofertas que recibe.
Complejos sistemas de soporte vital proporcionan suministros de energía desde fuentes de energía convencional, así como a través de molinos de viento y generadores, gigantescos tanques de agua subterráneos retienen  agua pre-filtrada a través de carbón y arena.y, por supuesto, un elaborado sistema de seguridad ( cámaras, guardias, alambrado de púas ) que se mantendrá en alerta las 24 horas repeliendo cualquier intruso.
Hall, que ha gastado en total 4 millones de dólares incluyendo los 300.000 dólares que pagó en 2008 por  una de las 72 bases de misiles "Atlas F" caídas en desuso ( tiene opción de compra para otras tres ), ha convertido el lugar en "el último reducto de la humanidad", con pantallas electrónicas que sirven como ventanas y ofrecen vistas de bosques, playas, ciudades del mundo y todo lo que se desee ver en qué estado quedó después del apocalipsis.
Los temores del fin del mundo son tan antigüos como éste, pero actualmente se han exacerbado debido a la globalización, los medios de comunicación, las películas de Hollywood y la web, creándose una verdadera "Cultura del Fin del Mundo", lo cual refleja varias patologías subyacentes: pese a la libertad sexual y a una 
sociedad cada vez más conectada, nos sentimos más solos y desamparados que nunca, y no nos gusta reconocer que todos ya tenemos programado nuestro fin del mundo personal ( nuestra muerte individual ) consolándonos con una infantil transferencia al resto de nuestros semejantes.
El miedo es lo único que vende mejor que el sexo.

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