Desde 1990, los médicos han estado tratando regularmente pacientes con cáncer con haces de protones, los cuales funcionan de manera similar a la radiación pero con una mayor precisión y menor daño a los tejidos circundantes.
Sin embargo, la terapia con haz de protón continúa siendo una rareza con sólo 37 instalaciones en todo el mundo, fundamentalmente debido al tamaño del acelerador de partículas que debe montarse para poder generar el haz, que es equivalente a un hangar para aviones y tiene un costo de cien millones de dólares.
Sólo 10.000 personas han sido tratadas con este método lo cual representa menos del 5% del total.
Pero esto parece estar a punto de cambiar, desde que una corporación con sede en California, Estados Unidos, de nombre Livermore, ha desarrollado un acelerador de partículas revolucionario de sólo 13 metros de largo que cuesta 30 millones de dólares.
El secreto de este nuevo instrumento es que la mayoría de los aceleradores utiliza imanes gigantescos para generar el campo electromagnético que empuja las particulas cargadas que a su vez requieren paredes de concreto de enorme espesor y blindaje, y un hardware voluminoso, mientras el prototipo CPAC crea el campo electromagnético con líneas eléctricas, que no requieren de un megablindaje o un equipo adicional de gran tamaño.
Además, una silla robótica mueve al paciente en lugar de tener que mover el voluminoso acelerador.
El nuevo acelerador podría estar comercialmente disponible en 2015.
Sin embargo, la terapia con haz de protón continúa siendo una rareza con sólo 37 instalaciones en todo el mundo, fundamentalmente debido al tamaño del acelerador de partículas que debe montarse para poder generar el haz, que es equivalente a un hangar para aviones y tiene un costo de cien millones de dólares.
Pero esto parece estar a punto de cambiar, desde que una corporación con sede en California, Estados Unidos, de nombre Livermore, ha desarrollado un acelerador de partículas revolucionario de sólo 13 metros de largo que cuesta 30 millones de dólares.
Además, una silla robótica mueve al paciente en lugar de tener que mover el voluminoso acelerador.
El nuevo acelerador podría estar comercialmente disponible en 2015.
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