A lo largo de toda Europa, los organismos de control del Medioambiente de Yugoslavia, Hungría, Eslovaquia, Austria, Suecia y Alemania han detectado anormales niveles de yodo-131 radioactivo, aunque la Agencia Internacional de Energía Atómica ( OIEA ) aseguró que las partículas ( por el momento ) no representan riesgo para la saludo pública.
También afirmó que no creía que el orígen de las mismas fuera la planta siniestrada en Fukushima, Japón, basando su conclusión en que el accidente fue hace ya muchos meses y el yodo-131 tiene una vida media breve ( 8 días ), una interpretación tendenciosamente falaz, ya que parte de suponer que las únicas emisiones radioactivas liberadas por la planta se produjeron sólo en aquél mes de marzo, cuando en realidad, gracias a la absoluta incompetencia de la administradora a cargo de su ( in ) seguridad, TEPCO, el desastre no está todavía controlado 8 meses después, y la última semana se han detectado señales de fisión nuclear.
Los expertos opinaron que el orígen de la radiación ( que se ha extendido ya por dos semanas ) podría provenir del escape de alguna planta productora de radiofármacos o de algún hospital, ya que ambos utilizan el producto en grandes cantidades.
También se sospecha la posibilidad de algún incidente nuclear no reportado en algún país ( que sería esperable que la industria atómica trate de ocultar a la opinión pública a toda costa, dado el poco tiempo transcurrido desde el siniestro de Fukushima ).
Ya en un tono que vá desde lo ridículo a lo delirante, los supuestos expertos incluyeron también estas probables causas: los intensos vientos de radiación que está provocando la Nebulosa de la Tarántula (¿?), algún escape proveniente de submarinos nucleares ( ¡! ) o la excreción de los pacientes sometidos a tratamiento médico ( XD! ).
El yodo-131, provoca efectos cancerígenos y si se encuentra en altas dosis, puede contaminar productos como la leche y las verduras.
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