viernes, 4 de noviembre de 2011

GRAN HERMANO AVANZA, LA LIBERTAD RETROCEDE

AUMENTO MASIVO EN LA VIGILANCIA INTRUSIVA DEL ESTADO: TRES MILLONES DE DAMNIFICADOS 
Tres millones de operaciones de espionaje ilegal llevadas a cabo en la última década invocando la polémica legislación antiterrorista fueron llevadas a cabo en Gran Bretaña, según se reveló públicamente por primera vez ayer. De este total, la vigilancia de sólo 5.000 objetivos ( el 0,16% del total ) habían sido autorizados por la justicia, revistiendo el resto el carácter de ilegal.
De esta primer lectura, se desprende una primer reflexión: ¿qué derecho puede invocar un estado para juzgar los actos ilegales de sus ciudadanos si el principal transgresor es él? O planteado en un ejemplo más “callejero” para su mejor comprensión: ¿porqué debe un ladrón permitir ser juzgado por otro ladrón mayor? Esta primer cuestión origina una profunda controversia y un oscuro cuestionamiento social: ¿no se castiga el pecado sinó la falta de solapamiento? el estado parece estar transmitiendo ese mensaje como abanderado. 
Ya lo dijo el periodista estadounidense Jeremy Moore: no debe sorprender tanto que aparezcan francotiradores matando gente inocente si se vive en un estado dentro del cual la gente vé pasar, mientras toma un café, misiles en camiones militares por las calles que sabe serán utilizados en su mayoría para matar gente inocente por un estado que reacciona siempre al viejo estilo del pistolero del Oeste: disparar primero y preguntar después. En el caso que nos ocupa hoy, la liebre salta en Gran Bretaña pero esto es sólo anecdótico, ya que representa un problema global endémico. 
Las misiones encubiertas detectadas en el Reino Unido incluyeron la participación de consejos municipales y otros órganos del Estado sobre los cuales no se había delegado de ninguna manera la responsabilidad de hacer cumplir la ley ( es increíble, pero hoy día es necesario volver a replantear postulados ultra-básicos para intentar reubicar los poderes y la comprensión de sus facultades y límites ), habiéndose identificado casos emblemáticos de intromisión descarada en la vigilancia de familias ( durante semanas y sin su conocimiento ) para comprobar que si verdaderamente estaban domiciliados dentro del área escolar que habían declarado o si estaban sacando la basura dentro de los horarios permitidos ( ¡! ). 
El caso es que, en menos de una década, la vigilancia intrusiva e ilegal de masas pasó de una posibilidad teórica a un acto espeluznantemente rutinario, incrementada exponencialmente a partir de la legislación antiterrorista aprobada luego del atentado perpetrado contra las torres gemelas en EE.UU. cuya pésima redacción alentó estos actos. 
Teléfonos, correos electrónicos e internet pinchados, solicitudes ( ilegales ) de transferencia de datos desde las empresas telefónicas a organismos del estado, autorizaciones judiciales para vigilancia intrusiva por razones banales e injustificadas, violación u obtención por medios extorsivos de archivos confidenciales de profesionales, forman parte de algunas de las interminables intromisiones nó autorizadas perpetradas por organismos de seguridad y servicios de inteligencia, “maquilladas” por alguna aprobación burocrática que no poseía las facultades delegadas para hacerlo. 
El informe británico hace hincapié en que en muchos casos el exceso de celo en la capacitación de funcionarios que respetan la ley provoca el efecto inverso al deseado, alentando una paranoia delirante que deriva en acciones ilegales. Cámaras ocultas en latas, o dentro de la casa de su "objetivo" fueron también reportadas haciendo más y más inquietante el resultado del estudio. La británica Angela Justicia, Patrick dijo: "Ha llegado el momento de que el Parlamento imponga una reforma de raíz en los poderes de vigilancia de Gran Bretaña que pueda ofrecer garantías realmente eficaces contra los abusos." Los jueces también opinan que las garantías de que se sigan los procedimientos legales previos a cualquier intento de vigilancia intrusiva están en franco retroceso y piden la implementación de un régimen completamente nuevo. 
Gran Bretaña tiene la mayor base de datos de ADN del mundo y el mayor número de cámaras de CCTV y el público puede ser seguido literalmente de su casa al trabajo y viceversa sólo a través de las tarjetas de pago y las cámaras del metro. Así como en incontables ocasiones hemos insistido en este blog que nos encontramos en las vísperas inminentes de una singularidad tecnológica que puede eventualmente hacer colapsar nuestra capacidad de reacción ante los avances técnicos, también advertimos que esta falta de reflejos se está transportando hacia la firmeza necesaria para continuar haciendo valer nuestros derechos esenciales y es menester reaccionar rápida, muy rápidamente al respecto. No se puede invocar la vigilancia como imprescindible para la protección del ciudadano, cuando esa misma vigilancia lo desprotege.

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