martes, 30 de agosto de 2011

ESPACIO NUCLEAR, MINIMARCAPASOS, DRONES A DOMICILIO,TERMÓMETROS CUÁNTICOS,SUTURA EN GEL

CENTRALES NUCLEARES EN EL ESPACIO
Previsible: la tragedia nuclear de Japón sólo sirvió para algunas declaraciones "de tribuna" de gobernantes y científicos ( los más sinceros fueron los chinos que "avisaron" que ellos iban a continuar nucleares al palo ) que sólo esperarán que se apaguen los ecos del horror ( que además como siempre fue disimulado, maquillado y photoshopeado ) en el mundo ( ya que en Japón no se apagarán ), y volverán a impulsar sus trágicas centrales nucleares.
Hoy, cuando todavía el desastre atómico japonés no está ni siquiera bajo control, científicos estadounidenses ya están ideando 'exportar' energía nuclear a otros planetas.
Los especialistas del Departamento de Energía del Laboratorio Nacional de EE. UU. de Idaho (DOE, por su siglas en inglés) anunciaron en el encuentro anual de la Sociedad Estadounidense de Química que están dispuestos a expandir las tecnologías nucleares a la Luna y Marte, y que los primeros meses del 2012 ya estarán presentando en público el primer reactor de prueba.
La idea es que estas centrales espaciales " de bolsillo", que no serán más grandes que una maleta de mano, sean capaces de proveer de electricidad a asentamientos permanentes, habitados ó nó, en cualquier planeta al que pudieran llegar naves espaciales en el futuro, en principio la Luna y Marte.
Según James Werner, director del DOE, "un sistema de energía de fisión es una unidad compacta, fiable y segura que puede ser fundamental para la creación de bases o hábitats en otros planetas".
Los reactores, que emplean una innovadora tecnología de fisión distinta de la que utilizan las centrales nucelares terrestres, tendrán unos 30,5 centímetros de ancho y unos 61 centímetros de alto, una capacidad de 40 kilovatios ( aproximadamente la energía necesaria para abastecer ocho viviendas en la Tierra ) y no necesitarán torres de refrigeración. Sus diseñadores comentan que el bajo nivel de potencia elimina el riesgo potencial de un accidente nuclear.
MINI MARCAPASOS
En Colombia han inventado un marcapasos más pequeño que un grano de café, con la ayuda de la nanotecnología y tras 11 años de estudios e intercambios con científicos taiwaneses, europeos y estadounidenses.
Jorge Reynolds, que en 1958 creó el primer marcapasos del mundo, es uno de los inventores y explicó que la miniatura se implanta bajo la piel en 15 minutos y no requiere batería porque la misma contracción del corazón alimenta el circuito electrónico.
Un GPS permite al médico controlar el funcionamiento a través de su teléfono celular.
Por el momento, el dispositivo está siendo probado experimentalmente en animales y cuando salga a la venta, su precio también será diminuto: alrededor de mil dólares.
AVIONES NO TRIPULADOS PARA ENTREGAS EN LUGARES REMOTOS
El uso de aviones no tripulados ( probablemente cuadricópteros ) para lanzar alimentos y medicamentos en lugares remotos donde se necesitan, y sin intervención humana, es la propuesta futurista de Matternet, una red integrada que planea hacer trabajar los drones en conjunto.
Esta innovación sería capaz de garantizar suministros esenciales en zonas rurales o de desastres e incluso evadir enemigos en situaciones de guerra.
La empresa planea desplegar hardware, mantenimiento y servicios, y establecer una red de infraestructura básica, lo que implicaría estaciones de carga y algún tipo de sistema de comunicación.
El prototipo inicial, un cuadricóptero, puede cargar alrededor de 2,2 kilos, pero una versión posterior está planeada para llevar pesos mayores, según la compañía.
TERMÓMETROS CUÁNTICOS
Por medio de termómetros a nanoescala, los investigadores han demostrado por primera vez que las células vivas pueden tener temperaturas diferentes entre sí, conforme a la intensidad de su actividad.
Conocer la temperatura a niveles subatómicos es fundamental ya que es uno de los factores físicos más importantes que intervienen en una reacción química, y puede arrojar nueva luz sobre el proceso celular y el consecuente tratamiento de enfermedades.
Es lógico pensar que las células tienen temperaturas variables entre sí, pero hasta ahora los investigadores no habían sido capaces de medirlas. Para hacerlo, Yang Liwei y Lin de la Universidad de California, utilizó termómetros a nanoescala, en forma de puntos cuánticos, de cadmio y selenio, que son cristales semiconductores que cambian de color y emiten diferentes longitudes de onda consecuentemente con los cambios de temperatura.

La prueba se realizó sobre algunas células de un ratón estimulando la actividad celular para medir los cambios, y se detectaron diferencias bastante grandes de temperatura en diversas regiones.
Los cambios de temperatura podrían afectar incluso el funcionamiento de los genes y la fabricación de proteínas y servir como una especie de comunicación intercelular.
GEL PARA REPARAR LA RUPTURA DE VASOS SANGUÍNEOS
Una combinación de gel y pegamento sensibles al calor ha significado un gran paso adelante para la cirugía cardiovascular, ya que hace posible reconectar los vasos sanguíneos sin tener que suturarlos con aguja e hilo.
Es el cambio más grande en 100 años, de acuerdo con los investigadores de Stanford University Medical Center.
Las suturas son un medio eficaz para volver a conectar los vasos sanguíneos dañados, pero pueden presentar complicaciones, como la formación de coágulos de sangre, o el pequeño tamaño en algunos vasos de menos de 1 milímetro de ancho.
Los cirujanos en este caso recuerrieron a una interconsulta ( que es lo que se debería hacer SIEMPRE ) con profesores de ingeniería, para que los ayuden a encontrar el material biocompatible que pudiera pasar fácilmente de líquido a sólido y viceversa, y así llegaron hasta un polímero termo-reversible, el poloxámero 407, que ya estaba aprobado por la FDA para usos medicinales.
El equipo descubrió cómo modificarlo para que se convierta en sólido y elástico a temperaturas superiores a la del cuerpo humano, y lo combinaron con un bioadhesivo para pegar los vasos sanguíneos. La técnica resultó además cinco veces más veloz que el método tradicional y fue igualmente eficaz en un vaso superfino de 0,2 milímetros de ancho el cual habría sido imposible de coser con aguja e hilo.
La prueba en ratas demostró que dos años después la sutura permanecía en perfecto estado.

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