No podemos decir que fue un show perfecto porque tuvo problemas técnicos de sonido ( de cables, nó de sonidistas ) tanto en el bajo como en la guitarra, pero dejando de lado este karma electrónico al cual superaron con entereza y sin el tonto intento de compartir la desgracia con el público, después de los primeros temas ( los dos iniciales fueron tocados casi completos sin bajo ) Babasónicos ya se había afianzado en su característico e inimitable estilo en una formidable presentación de “A Propósito” que nos brindó dos horas ininterrumpidas de música, magia y sensualidad.
Una puesta en escena impecable, un escenario de varios metros de altura dividido en tres pisos o niveles simulando un hotel y una escalera para recorrerlo complementado con videos y luces excelentes e hipnóticas, muy acordes con el clima que supo tejer la banda.
El Luna Park repleto de bote a bote, con un público fanático y entusiasta recibieron a un Adrián Dárgelos adornado con unos cuernos de fauno y un traje de duende/juglar unos segundos después de comenzado el desarrollo del primer tema, encaramado en lo más alto del elevado escenario, y obviamente cantando “Flora y Fauno”.
Desde allí hasta el final, el carismático cantante secundado por la poderosa base babosa, fue interpretando todos los personajes y roles que lo mantienen siempre cerca pero también lo suficientemente distante como para dejar la sensación de que las historias que interpreta son apenas la punta visible del icberg de una sabiduría más profunda que deja a cargo del público descifrar, porque así es una estrella de rock clásica: cálida, pero distante.Sabia, pero hermética.
Y precisamente esta reflexión es la que nos lleva a la conclusión de que presenciamos un verdadero concierto de rock clásico, de esos que se ven cada vez menos lamentablemente ( como alguna vez se quejaron los propios Babasónicos: “ustedes lo querían, ustedes lo pedían ahí lo tienen”… ) y que generó un clima nó por previsible menos mágico: euforia, baile y mujer en tetas incluída entre el público ( que por supuesto y como corresponde a un rock star, no logró desconcentrar ni un instante a Dárgelos ).
El sonido de la banda es por momentos hipnótico sobre todo en el contrapunto de sus melodías, aterciopelado al estilo Virus o explosivo en sus rock and rolles ( que en vivo suenan muy poderosos, pero que en estudio se plastifican, por lo cual deberían considerar en futuros trabajos la posibilidad de hacer participar otro ingeniero de sonido cuando aborden ese estilo ) paseándonos por las más extrañas y placenteras dimensiones.
El líder de Babasónicos se encargó de convertir el show en inolvidable: tan alejado como cercano, tan ensimismado como para ejercer el poder de convertir al público en un gigantesco espejo de sí mismo, como bien lo expresara musicalmente la banda en un tema que no interpretaron en este concierto: “soy hermoso, y el mundo sonríe conmigo”.
Y todo el Luna sonrió enganchado en la verdadera Fiesta Popular que es un genuino concierto de rock, provocativo y sensual como pocos ritos modernos.
FOTOS: AGUSTIN DUSSERRE
Un show para el recuerdo, donde el vicio egocentrico se torna virtud...
ResponderEliminarNo hay dudas, si cada uno se amara un cuarto de lo que se ama el lider de este grupo la humanidad viviría en un eterno polvo universal.
La Flora del Fauno.