martes, 19 de abril de 2011

KENNEDY Y LOS EXTRATERRESTRES

Cuando hace aproximadamente un año y medio comencé la investigación de estos temas, mi horizonte era más reducido, pero apariciones tangenciales a mi búsqueda se fueron imponiendo recurrentemente por simple repetición en un texto y en el otro, y al investigarlas también, mi horizonte se ámplió muy considerablemente, a la vez que me iba adentrando en aguas cada vez más profundas y turbias, y adquiriendo conciencia de que esta tendencia irá siempre acentuándose en el futuro.
Inevitablemente, todo aquel que se inicia por estos caminos, tarde o temprano se topa con los teóricos de la conspiración, y descubrirá tal como lo hice yo, que se trata de todo un movimiento que, lejos de estar compuesto por lunáticos marginales o paranoides incurables, se trata de un grupo extremadamente inteligente y culto ( con delirantes excepciones, como las hay en cualquier grupo ), que simplemente comparte con avidez una visión particular sobre una cierta combinación de temas que todo partidario de lo establecido, ( es decir, el "manipulado satisfecho" ) evita como la peste ( yo mismo, lo reconozco, habría tomado esa actitud no hace más de dos años atrás ).
Previsiblemente, los mecanismos del poder están constantemente tratando de desprestigiar estos grupos, convertirlos en "kelpers culturales" y esperan agazapados permanentemente cualquier error que cometan para cargarles toda su artillería hundiendo el cuchillo en la herida ( como si el poder fuera tan impecable e indiscutible como para poseer semejante derecho ), pero la verdad es que cualquier lector que también haya seguido estos caminos coincidirá conmigo en sospechar que "algo hay" detrás de todo este pensamiento. Es más: tal vez algunos sepan yá qué es.
Yo por mi parte todavía no puedo decir que esté viendo un cuadro tan completo, pero me considero lo suficientemente avanzado como para colocar un rótulo de advertencia que diga: ¡Atención! Estemos preparados para el impacto de sospechar y descubrir que se nos puede haber lavado el cerebro con una visión completamente errónea.
Hay realidades que, aunque se hayan distorsionado o hayan sido abusadas por motivos equivocados, permanecen empíricamente inviolables y continúan mostrando su verdadera silueta, como un automóvil al cual se ha tratdo de ocultar colocándole una manta encima.
En este 2011, como consecuencia de la apertura de archivos clasificados en casi todo el mundo, la lectrua de los mismos comienza a demostrar masivamente que la razón asistía a los teóricos de la conspiración en una proporción muchísimo mayor a la podía suponerse a priori.
Si esto se trata de un sinceramiento del poder o un simple cambio de estrategia por haber descubierto - en sus constantes estudios sociales - que ésta será mucho más efectiva, es algo que no podemos ni nos corresponde responder.
En este caso, vamos a comentar la tantas veces advertida por los teóricos ( que por lo visto, poco tienen de "teóricos" ) vinculación del asesinato del presidente John F.Kennedy con su firme intención de hacer público todo el tema OVNI y sus manejos conspirativos.
Ya en la serie yanqui "The Event" se deja entrever nebulosamente este tema ( al parecer, la mayoría de los guionistas y el entorno global de Hollywood saben verdades que tratan de comunicar enmascaradas al público, como el caso de Oliver Stone en su película sobre este mismo presidente norteamericano, JFK )
Esta vez, la novedad se produjo cuando la propia CIA, con arreglo a la Ley de Libertad de Información, publicó, respondiendo a una solicitud presentada por el escritor William Lester, un memo secreto que incluye dos cartas escritas por el presidente John F Kennedy al director de la Central de Inteligencia exigiéndole que le envíe toda la documentación confidencial existente acerca del tema OVNI.
Lo más relevante de estas cartas es que el pedido de Kennedy fue hecho por escrito ( y por lo tanto en su carácter de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas ), lo cual desvela que debió utilizar la imposición, ante lo que seguramente fue un previo pedido verbal "amistoso" denegado o ignorado ( seguramente muchos presidentes norteamericanos habrán hecho antes que él el mismo intento, pero ante la negativa o tal vez alguna advertencia, decidieron nó continuar ). Esta solcicitud del presidente fue elevada a la CIA 10 días antes de su asesinato.
William Lester comentó que el archivo secreto que ahora vió la luz, lo solicitó por escrito a la CIA ( y le fue concedido ) con arreglo a la Ley de Libertad de Información, como parte de una investigación que está llevando a cabo para su nuevo libro "Una Celebración de la Libertad:. JFK y la Nueva Frontera ".
Previamente a la liberación de estos expedientes, los "teóricos" de la conspiración habían anticipado la "razón alienígena" para el asesinato de Kennedy, e incluso habían insinuado ( a través de suspuestas declaraciones de testigos militares ) que el presidente estaba especialmente obsesionado con el tema, y había visitado varias veces el Área 51 dejando luego el lugar visiblemente molesto.
En una de las dos cartas de Kennedy, el presidente expresa también su deseo de cooperar con la Unión Soviética y formar un equipo "en común" para desarrollar actividades espaciales, ya que aparentemente estaba muy preocupado acerca de que la actividad OVNI sobre la ex-URSS fuera malinterpretada como una actividad de espionaje secreto de los EE.UU, creyendo que era parte de su tecnología ( o tal vez, simplemente, sospechaba que ERA parte de la tecnología norteamericana y a él no se lo había puesto al corriente !! ).
Estas cartas de Kennedy re-valorizan a su vez otro archivo, apodado "El Memo Quemado", que Timothy Cooper, un investigador del tema OVNI recibió en la década del 90 de manos de un supuesto agente desertor de la CIA ( que tenía evidentes marcas de quemadura que revelaban que había intentado ser destruído ) donde el director de la Central de Inteligencia Americana supuestamente escribió:"Como Uds. saben, Lancer ( nombre clave de JFK en el organismo de seguridad, luego confirmado oficialmente ) "ha hecho algunas preguntas sobre nuestras actividades que no podemos permitir. Por favor, envíen sus directivas al respecto a más tardar para Octubre. Vuestra acción es fundamental para la continuidad del grupo ".
El investigador de fenómenos OVNI Robert Wood certificó oportunamente que se probó mediante análisis con tecnología de punta ( la misma tecnología forense que se utiliza en los tribunales de justicia ) que el papel en que se imprimió este memo secreto, como así también la tinta, las marcas de agua y los tipos de fuente se corresponden exactamente con la fecha que el agente desertor indicó.
Por otra parte, un alarmante y escabroso informe de la agencia independiente Assassinations Records Review Board, que recopilaba datos sobre el magnicidio de 1963, indicó recientemente que en la autopsia de Kennedy hubo dos cerebros: el primero y auténtico, el recogido in situ y destrozado por el impacto de una bala con entrada frontal.El segundo, fotografiado en el hospital de Bethesda (Washington) después de que el cadáver fuera trasladado allí en avión, apenas parece dañado y refleja una herida de bala por detrás.Este último órgano es el que ha quedado registrado en la historia oficial a través del informe de la Comisión Warren como prueba de que Kennedy sólo pudo haber sido asesinado por Lee Harvey Oswald, que le disparó por la espalda desde lo alto del depósito de libros de Dallas. Pero ahora la mencionada agencia asegura que ese cerebro no es el de Kennedy, sin entrar en ningún tipo de juicio de valor al respecto.
La polémica sobre la autopsia de Kennedy no es nueva, y hasta ahora se ha intentado explicar diciendo que tanto el cerebro como el cadáver del presidente fueron reconstruidos estéticamente para el funeral y por órdenes de su familia, al igual que el secretismo que rodeó la necropsia.
Douglas Horne, presidente de la agencia investigadora A.R.R.B. declaró al Washington Post que está seguro "en un 90% o 95% de que las fotografías de los Archivos Nacionales no son del cerebro del presidente Kennedy. Y eso sólo puede significar una cosa: que hubo encubrimiento de la evidencia médica".El atentado tuvo lugar el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, y quedó grabado en la memoria colectiva de la humanidad gracias a la película de 8 milímetros de Abraham Zapruder, en la que se ve cómo el cerebro de Kennedy se derrama hacia atrás en el momento del impacto de la bala. En el Hospital Parkland de Dallas, a donde el presidente fue trasladado en ese momento, el forense dictaminó que la entrada del proyectil había sido frontal y así lo comunicó a los reporteros.
Pero el cadáver se trasladó entonces urgentemente a Washington, donde fue examinado por médicos del Ejército. Esta investigación posterior sirvió a la Comisión Warren para concluir que la bala asesina entró en la cabeza de Kennedy por detrás, lo cual hacía culpable a Oswald, también "convenientemente" asesinado poco después por un hombre enfermo de cáncer terminal de estómago, que era un protegido del FBI y reconocido simpatizante de Richard Nixon ( si todo esto es coincidencia, yo soy Sor María! ) Las contradicciones en las que han incurrido los médicos de Bethesda a lo largo del tiempo al declarar sobre su examen del cadáver de Kennedy, han llegado incluso al punto de no poderse determinar con exactitud quién estuvo dónde en cada momento del reconocimiento.
Francis O"Neill, un agente del FBI que presenció ambas autopsias, testificó el año pasado que en el cadáver "no quedaba mucho del cerebro", mientras que en la fotografía ahora impugnada de los Archivos Nacionales, el encéfalo aparece completo. En el mismo sentido se ha pronunciado John Stringer, quien retrató la necropsia. Este fotógrafo afirma que las fotos que él disparó no son las que constan ahora en el registro oficial.
Assassinations Records Review Board, finalizó oficialmente su labor de 35 años de recopilación de datos el pasado mes de septiembre de 2010, sin ninguna conclusión sobre quién mató a Kennedy pero dejando expresamente aclarado que "no hay duda de que el Gobierno Federal clasificó y escondió innecesariamente incontables documentos importantes que no requerían ese tratamiento" y este secretismo sumado a la actitud paranoica típica de "el que está sucio" llevó al pueblo americano a creer que tenían algo que esconder.

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