DE LOS MONSTRUOS INVASORES A LOS SERES DE LUZ Las proyecciones del inconciente colectivo descubren una sociedad tal cual es; la expresión de sus carencias y necesidades, y de los procesos de esa personalidad colectiva.
Al igual que en el individuo, la sociedad emplea la proyección como un mecanismo psicológico de defensa contra las angustias, atribuyendo sus propias tendencias, deseos y represiones profundas a algo externo a ella para intentar deslindar agobiantes responsabilidades que debería enfrentar si perdiera la posibilidad de culpar a otro u otros.
También igual a cómo ocurre individualmente, estas proyecciones en aras de la reducción de la tensión sico-sociológica son inconcientes lo cual les otorga un carácter fuertemente auténtico y libre de las máscaras que habitualmente se utilizan para ocultar lo que consecuente aunque inconcientemente se considera patológico en uno mismo.
Y cuanto más estimulante y adecuado se encuentra al objeto de la transferencia, más claras, abundantes y reveladoras resultan las manifestaciones no cognitivas transferidas.
Esta nota está hecha con la intención de separar el trigo de la paja, porque como ya lo dijo un gran maestro de la antigüedad, se debe ser crédulo como niño pero astuto como víbora.
Cuando de temas de realidad fantástica se trata, es de especial importancia aprender a diferenciar un hecho real de una proyección psíquica propia.
Es un trabajo muy complejo pero muy necesario si no queremos caer en errores o expectativas infundadas.
Las proyecciones sociales tienen un carácter globalista ( interactúan fenómenos estructurales, psicosociales, culturales y ancestrales ) que nos permite utilizar su configuración holística para descender desde allí a nuestro auto-análisis particular y allí reside su valor principal ( siempre y cuando no elijamos nosotros mismos paradójicamente proyectarnos a nuestra vez en estas reacciones masivas y por consiguiente huir del análisis de nuestro protagonismo dentro de ellas ) .
Vamos a tomar para su análisis uno de los fenómenos más populares de los tiempos modernos para analizarlo desde la perspectiva de las transferencias muy humanas y nada extraterrestres de las que ha sido objeto: el Fenómeno UFO/OVNI, sin que este análisis implique en manera alguna una subvaluación o negación de la existencia empírica del mismo, de lo cual no podemos estar más alejados. Este es un análisis de cómo los hombres podemos dar un paseo ciento por ciento terrestre entre naves y seres de otras galaxias.
Las diversas formas de adaptación dinámica que atravesó la sociedad desde la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días con respecto al tema OVNI, constituyen una muestra, un nítido reflejo y un claro ejemplo de cómo mediante proyecciones la sociedad se defendió contra las tendencias que pretendió imponerle el poder negándole sus deseos y aspiraciones más arraigadas, a la vez que constituye una clara advertencia, tanto social como individualmente, para quien quiera verlo.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, el fenómeno de avistaje de objetos voladores no identificados ya existía ( aunque nó bajo ese rótulo ) pero no se había mediatizado. Un fenómeno socio-cultural comienza a ser objeto de proyecciones sólo cuando se ha mediatizado, ya que así comienza a presentarse dentro del estado de conciencia de la mayoría y a ofrecerse como objeto de transferencia.
Al finalizar la segunda gran contienda mundial, la popularidad del fenómeno OVNI creció exponencialmente, tal vez en parte alentado por los gobiernos como eficaz mecanismo de distracción y descompresión, y en parte a las flagrantes contradicciones estructurales y psicológicas reinantes, pero ( a nuestro entender ), fundamentalmente debido al visceral rechazo que el bombardeo atómico a Japón generó hacia todo lo que representara avances científicos.
El inconciente colectivo no había puesto antes su atención en el hecho de que la existencia de
alienígenas que visitaban La Tierra traía aparejada consecuentemente una tecnología tremendamente avanzada: si en ese entonces el hombre no era capaz ni de llegar a la luna pero era capaz de crear una bomba atómica capaz de autoextinguirlo, entonces: ¡qué poder de fuego tendría una especie que podía desplazarse de planeta en planeta como se le diera la gana!
El avistamiento sobre el Monte Rainier, en EE.UU. del piloto civil Kenneth Arnold el 24 de junio de 1947 de nueve naves brillantes en formación desplazándose directamente en dirección a su avioneta, inauguró oficialmente la era de los “platos voladores” ( basados en una declaración que hizo el piloto y luego deformada por la prensa y que ya ampliaremos en un post dedicado específicamente al tema ) que la NASA bautizó UFO / OVNI.
VARIAS ETAPAS QUE REFLEJAN UNA TRANSFERENCIA BIEN HUMANA
Los primeros alienígenas son considerados crueles conquistadores dueños de cuerpos monstruosos y costumbres antropófagas, con deseos de destruir la humanidad y quedarse con el planeta como trofeo, transfiriendo la paranoia del nazismo y de la monstruosidad que significó la bomba atómica, e incluso el hecho de que el poder atómico haya estado también en poder de los nazis, que no pudieron utilizarlo debido una extraordinaria combinación de contrainteligencia aliada y una asombrosa sucesión de hechos fortuitos.
También se transfiere en esta etapa la paranoia de los primeros y más salvajes años de la guerra fría donde la posibilidad de un conflicto nuclear total mantiene constantemente en vilo a la población.
En un segundo período, los aliens se convierten en investigadores y científicos ( ya no presentan el aspecto tenebroso y monstruoso de los primeros tiempos ) que llegan a secuestrar humanos para analizarlos invasivamente, es decir con introducción de catéteres en sus zonas impúdicas ( nunca en sus oídos, nariz o venas, curiosamente ), o incluso forzándolos a tener relaciones sexuales con ellos.
Aquí se proyectan y expresan las fortísimas represiones sexuales y consecuente sistemática supresión de la espontaneidad instauradas en la sociedad por los gobiernos en complicidad con el clero, sumado a la transferencia de los propios esfuerzos humanos que se realizaban por ese entonces intentando conquistar el espacio, llegar a la luna,etc.
Con estas transferencias se defendía el psiquismo y la pasión de la sociedad a los intentos de ser ahogada en su autenticidad y convertida en sólo un manojo de funciones. El aspecto monstruoso de los alienígenas desaparece porque en primer término esta defensa requiere de cierto grado de complicidad, y además porque, en el contexto de la guerra fría, luego de la crisis de los misiles en Cuba de 1952 se llegó a un pico extremo y se pasó luego a un "Defcom 2" moderado, y por lo tanto la sociedad tuvo bien en claro que una hecatombe nuclear sólo dependía de la mayor o menor inteligencia "humana" de las superpotencias.
En La tercera etapa se empieza a ver a los extraterrestres como salvadores, no sólo de la raza humana, sinó del planeta y del universo entero. Aquí, lamentablemente, comienzan a reflejarse y proyectarse los primeros síntomas de victoria del “stableishment” sobre la sociedad, ya que se
demuestra propensión a la entrega de la voluntad social a una autoridad omnipotente. Una transferencia de expectativas de esta índole a autoridades anónimas no indica más que el inicio de un naufragio de la personalidad social en una existencia impersonal, manipulada por el poder.
En este período se transfieren las esperanzas de que alguien superior oficie de mediador para frenar la carrera armamentística y las múltiples guerras localizadas donde las superpotencias creaban escenarios externos y alejados para medir fuerzas sin recibir ni una sola esquirla cerca de sus casas, pero que de todas maneras mantenía en vilo a la humanidad con una amenaza permanente de destrucción masiva y extinción de la especie.
A partir de la degradación de la voluntad, ( tanto social como individualmente ) se inicia el sometimiento, y por ello las transferencias en los extraterrestres buscan autoridades equivalentes a aquellas que se han internalizado, como los padres, el deber, los impulsos eróticos, o la conciencia. Aún así, detrás de un fuerte anhelo de sumisión subyace siempre un deseo innato de libertad directamente proporcional: la transferencia al alienígena es una reacción sumisa en su forma pero combativa en su elección: refleja el rechazo inconciente de transferir a quien el poder desea que se haga: la iglesia.
En la década de los 80, cambios benignos producidos en la estructura económica repercuten en la conciencia y la conducta social, y es así que esta nueva “etapa OVNI” comienza indudablemente con la película E.T.: allí se refleja la fuerte intención social de humanizar definitivamente al alienígena.
La desilusión provocada por las ideologías, la religión, la ciencia, y la falta de conciencia ecológica han creado problemas insalvables en el planeta y una nueva paranoia de destrucción masiva que reemplaza a la nuclear, convierte a los aliens en un combo de las tres etapas anteriores: como una especie de profetas, parecidos al hombre pero más evolucionados, advierten que se acerca el fin de los tiempos, juzgan el proceder de la raza humana, como un padre juzga a un hijo diciéndole: "yo ya pasé por lo que estás pasando, y te aseguro que lo mejor es que te salgas de ello".
Juzgan nuestra falta de conciencia y de respeto por el planeta ya que su rol ahora pasó a ser el de custodiar la armonía universal, pero con un poder de juez que los autoriza a castigar a quien no respete las leyes del cosmos y provoque desequilibrios que puedan perjudicar al resto del universo ( aquí nuevamente se transfiere la figura paterna ).
Las diferencias en las transferencias son: antes, los responsables de una destrucción total eran los dirigentes de las grandes potencias: americanos y rusos. El resto de la humanidad era un inocente rebaño, un transeúnte que podía ser muerto en el cruce de dos fuegos.
Ahora, los responsables somos todos. Existe una escala de culpables, pero en dicha escala nadie puede arrojar la primera piedra.
Si vamos a pedir absolución, no es lo mismo pedirla siendo inocente que sintiéndonos "sucios". Por ello, nace un nuevo fenómeno de transferencia: la aparición de los “contactados”( como los casos de Siragusa en Italia, o Sixto Paz Wells en Perú ), gente que asegura haber tenido un encuentro privilegiado con seres alienígenas superiores que han decidido canalizarlos mentalmente para entregar mensajes de alerta y de guía a los habitantes de la tierra, convirtiéndolos en referentes obligados.
Estas personas son actualmente recibidos sin sorpresa ni rechazo como si fueran una especie de “punteros” que ayudarán en la selección de quiénes serán “evacuados” cuando llegue la destrucción total planetaria para luego repoblar la tierra con una nueva especie.
Esta novedad es la proyección de la necesidad de reemplazar el rol que las figuras religiosas tuvieron antaño, hoy completamente desprestigiadas. Es aquí donde el alienígena viene a llenar ese vacío, donde los “ángeles del señor” son reemplazados por “la confederación intergaláctica”, y “el tribunal de dios” por “el consejo de los esenios”.
Hay una transferencia religiosa espectacular en el nacimineto de esta nueva figura: el “contactado” equivale a los “Juan Bautista” de la antigüedad, y quien antes recibía la palabra directamente de dios, ahora la recibe del extraterrestre que es un "Ser de luz" que la sabe lunga.
En cuanto a las ablaciones, siguen ocurriendo como en la década del 60, pero ahora conviven situaciones de violencia con otras totalmente amistosas, donde se establecen diálogos muy íntimos y frecuentes con los extraterrestres.
Otra novedad es que ahora las abducciones físicas conviven con las abducciones durante el sueño.
Estas variantes proyectan los cambios sexuales de la época actual, donde conviven la libertad sin culpa, la libertad culposa ( que introduce la variante de la ablación durante el sueño, es decir, durante la conducción y consecuente reproche del inconciente ) y la represión de la etapa anterior.
La conclusión de todo lo analizado obviamente deja completamente afuera a los OVNIs y los extraterrestres que constituyen una realidad independiente a la cual cada uno puede observar empíricamente o elegir que sean lo que se quiera que sean.
Lo importante que se desprende en este post es el hecho de que mientras no logre establecerse un vínculo de sinceridad y reciprocidad entre la expansión del propio yo individual y la sociedad que lo contiene, el hombre contemporáneo continuará refugiándose en proyecciones evasivas, más allá de su existencia empírica real o ficticia, encadenado y enjaulado sin poder crecer.
excelente.
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