domingo, 9 de enero de 2011

2012 NO SERÁ EL FIN DEL MUNDO

Inevitablemente, durante el transcurso de todo este año 2011 y gran parte del próximo , veremos convertirse en un fetiche de gran protagonismo ( en gran parte atado a la grosera y violenta mentalidad consumista actual ) el hecho de que el ciclo largo del calendario maya, que dura 1.872.000 días -5.125 de nuestros años- y empezó el 11 de agosto de 3114 antes de Cristo, acabará y volverá a ponerse a cero el 21 de diciembre de 2012 ( o para algunos científicos el 20 de febrero de 2013 -ver nuestro post del 11/11/ 2010- , lo cual dará aún más el carácter de interminable al asunto ).El mundo no se vá a acabar en el 2012 y tal vez – sólo tal vez, ya que nadie puede erradicar una enfermedad sin descubrir primero la causa – se produzca una reformulación del equilibrio de las conciencias, es decir entre el Ying y el Yang.De producirse esta reformulación tendrá carácter físico, químico y energético, e incluirá a nuestra especie y a todo el resto de los seres vivos del planeta y del universo, conforme a leyes cósmicas que nada saben de profecías, elegidos o iluminaciones, pero que necesitan la presencia de determinadas frecuencias para poder ponerse en movimiento.Tampoco será el fin de la maldad y el triunfo del bien, ya que esto sería tan imposible como lo inverso.
El mal necesita del bien tanto como el bien del mal, para reformularse y reconocerse. La materia tal como la conocemos y somos capaces de percibirla, existe sólo en la dualidad, la cual – como hemos descubierto científicamente hace muy poco tiempo – es a la vez cuántica.Lo que es imprescindible para la evolución es la búsqueda del equilibrio entre ambos, y eso es lo que la naturaleza tiende siempre a corregir cuando se produce un desbalanceo extremo, como ocurre actualmente, donde la injusticia y otras energías negativas llevan porcentajes groseros de superioridad sobre sentimientos solidarios y positivos.
Estos fines de ciclos significaban para los mayas el final de una era y la reformulación espiritual necesaria para comenzar otra completamente nueva.
Hasta allí, empíricamente lo que se ha podido traducir de su cultura.
De allí en más, todo es interpretativo y suele presentarse esclavo de nuestras propias proyecciones arquetípicas y/o temores y desórdenes.( por ejemplo: si una civilización del futuro con un desarrollo interno y externo similar a la actual ( pero que desconociera la nuestra o la conociera sólo parcialmente ) descubriera escritos con nuestros tradicionales votos de renovación en los festejos de Año Nuevo y nuestros deseos de un mundo en mayor armonía en los comienzos de los nuevos siglos, la interpretación de las mismas variarían desde lo empírico hasta lo apocalíptico, y en algunos casos sólo reflejarían los miedos, conveniencias, desamparos o inmadurez de dicha hipotética sociedad futurista y en esa distorsión retrospectiva perderían todo rastro de objetividad. Así suele confundir el mapa con el territorio nuestra sociedad moderna ).Esto no significa de ningún modo que no vayan a producirse fuertes cataclismos mundiales, ya que hechos irrefutables como el cambio de polaridad en la Tierra ( y otros eventos cíclicos naturales ) sumado a la enfermedad energética llevada a su máxima expresión de corruptibilidad conque nuestra especie ha infectado su entorno colocándolo en su más delgada línea roja ecológica y geológica, tendrán, efectivamente, sus expresiones catastróficas externas que llevarán – coincidentemente – a un rebalanceo global de un planeta del cual NO somos los dueños sinó simples organismos con funciones biológicas y energéticas específicas como el resto de la fauna y de la vida en general.Los caminos espirituales están plagados de metáforas que se utilizan para aplicar conceptos comprensibles que logren acercarnos a los misterios que van más allá de nuestra condición de seres de materia y espíritu, desde donde de lo contrario no podríamos entender otras realidades de mayor evolución, y estas metáforas, al igual que las fuerzas ocultas y todos los símbolos y secretos codificados, se manifiestan con mayor o menor claridad conforme sean los profundos rincones del espíritu que mira e interactúa.
Por eso, no caeremos en la tentación infantil de intentar resolver la profunda angustia de millones de personas que creen en el fin de los tiempos como una mega-catástrofe simultánea acompañada de trompetas que nadie sabe siquiera en qué tono podrían sonar o qué hit del ranking de la oscuridad podrían ejecutar.
TODOS HEMOS NACIDO CON NUESTRO PROPIO FIN DEL MUNDO INCORPORADO
Muchas mentalidades apocalípticas no hacen más que camouflar un miedo humano intrínseco que prefieren negar enfáticamente: su propio fin personal en la Muerte, lo cual conllevará para ellos individualmente la desaparición de todo el mundo conocido, de la misma forma que sus proyecciones del fin de los tiempos.( la paradoja de esta patología llega a su extremo con aquellos que, convencidos de la llegada del fin del mundo…¡se suicidan! ).
Al verlos actuar tan asustados, tan movidos por la incertidumbre sobre salvarse ó nó de una catástrofe global, cabe preguntarse porqué se preocupan tanto por la llegada del apocalípsis, si cada uno de ellos ya tiene garantizado desde el nacimiento su propio Fin del Mundo!. ( ¿será acaso que algunos están motivados sólo por el deseo narcisista de que el fin de su existencia personal sea acompañada por el del resto de la humanidad? ).Pero hacerles ver esto suele poner violentos y a la defensiva a este tipo de personas, que por otra parte suelen ser peligrosos en extremo en sus actitudes, pues los guía la vanidad, el resentimiento y la ignorancia de sí mismos, y su miedo está enraizado con el típico impulso humano de echar las culpas y responsabilidades hacia fuera debido a la incapacidad de asumir sus propios defectos, acciones e inacciones y la responsabilidad que les cabe en sus consecuencias.
El tremendismo de las profecías para el año 2012 existe porque hay una sociedad que le dá cabida, y por lo tanto es mucho más significativo lo que dice este patrón acerca de nuestras carencias, deseos y necesidades colectivas que sobre el futuro.
Sin embargo, por absurdo que pueda parecer, creemos que a la vez pone como nunca de relieve la esperanza de que la humanidad finalmente pueda despertar colectivamente.

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