Estamos repletos de citas que otros han escrito o dicho.Pero el acto de vivir la propia vida viene ( o debería venir!! ) primero.Para escribir sobre el amor, primero debe haber amor.Para conocer sobre sobre tal o cual ciencia me dirijo a los expertos.Pero NO dejo que el experto se imponga sobre mí.
Lo escucho libremente y con todo respeto, pero me reservo mi derecho incontestable de crítica, control y decisión. No me contento con consultar uno sólo, consulto varios y elijo lo mejor y más justo que obtengo de cada uno para enriquecer mi propia conclusión. No reconozco autoridad infalible, no obstante el respeto que pueda tener hacia la honestidad y la sinceridad de tal o cual individuo. No tengo fé absoluta en nadie ya que sería fatal para mi razón, mi libertad y mi propio éxito, transformándome en un esclavo estúpido y en un instrumento de la voluntad y los intereses ajenos que perdió su libertad y dignidad por unos fragmentos de verdad humana envueltos en muchas mentiras y falacias. Ser individualista no significa ser asocial, ya que quien tiene en cuenta madura y sinceramente sus necesidades es el único que “mutatis mutandi” tiene en cuenta las necesidades colectivas, porque ha trascendido el doble mensaje contradictorio que bloquea el proceso de maduración social, asumiendo individualmente la responsabilidad y la autoridad de sus actos, y transmitiendo este carácter sólido y decisivo al colectivo. Porque luego será la estructura del carácter de la masa la que tolerará ó nó el imperialismo o cualquier otro tipo de totalitarismo.
La libertad de los otros, lejos de ser un límite o una negación de mi libertad, debería ser la confirmación y la condición necesaria de la mía.
Por el contrario, el miedo a la libertad lleva a la falacia abstracta.
El voto es el mejor ejemplo de esto: se quiere convencer a la masa de que es libre para delegar el voto y a partir de allí olvidarse de los problemas porque han delegado la resolución de los mismos.
De hecho, desde esta mentalidad se van desarrollando los modelos paternalistas, que generalmente culminan en gobiernos totalitarios.
Nuestra predilección por las historias compactas por sobre las verdades desnudas distorsiona gravemente nuestra representación mental del mundo. Estos son límites inconcientes que nos imponen nuestros miedos y nuestros condicionamientos infantiles a la apertura de la conciencia.
Si permanecemos mecanicistas y unicistas, la influencia específica del contexto en detrimento del contenido, nos llevará a tomar el ascensor para llegar al gimnasio y ejercitarnos con el aparato que simula que subimos escaleras.
La falacia narrativa nos ha sido impuesta ( o mejor dicho auto-impuesta ya que nadie acepta cosas como ésta sin cierto consentimiento interno ) desde la infancia y nos impide contemplar las cosas de otra manera. Se dirige a nuestra escasa capacidad de fijarnos en secuencias de hechos sin tejer una explicación, o lo que es igual, sin forzar un vínculo lógico, una relación, sobre ellos.
Las explicaciones le ponen un grillete a los hechos: se pueden recordar más fácilmente y hace que tengan más sentido.Pero esta propensión se equivoca cuando aumenta nuestra impresión de comprender.
Este problema ya ha sido estudiado por los psicólogos pero la forma en que están diseñadas las disciplinas ocultan la cuestión de que es más bien un problema de INFORMACION.La narratividad nace de una necesidad biológica innata conforme a la cual tendemos a reducir la dimensionalidad…pero los robots también tenderían a adoptar ese proceso de reducción.
La información QUIERE ser reducida.Se puede inferir a partir de lo no visto, lo que se queda fuera de nuestro conjunto de informaciones.
En cuanto a lo SI VISTO, está DENTRO de ése conjunto informático y sufren distorsiones en el acto de procesarlas.
Se hace una simplificación TOTALMENTE ERRONEA del mundo que nos rodea y de sus efectos sobre nuestra percepción y la incertidumbre que nos dispara.
Precisamente, se trata de teorías construídas ignorando la capa de incertidumbre, porque suenan a peligro, a conflicto, a agobio, a pánico auténtico, visceral, a miedo a que nos quiten lo que teníamos claro y nos quedemos vacíos, sin nada, sensación que es fuertemente rechazada .
No tengo forma de inferir sobre fenómenos que superan mi capacidad humana, pero sí tengo muchas formas de evitar ser un imbécil.Es algo que sólo requiere proponérmelo: no permitir el adormecimiento de mi pensamiento, ni esperar que una respuesta sencilla caracterice la incertidumbre.Y sirve como protocolo de actuación, nó sobre cómo pensar sinó sobre cómo convertir el pensamiento en acción y descubrir qué conocimientos valen la pena, descartando todos aquellos que sean lo suficientemente vagos como para que siempre parezcan relevantes.
Los cimientos de nuestra civilización están totalmente corruptos, pero al igual que los gusanos aparecen en los cadáveres cuando cesa el movimiento del cuerpo que le daba vida, lo que disimula su podredumbre es el movimiento, y por ello éste debe tornarse cada vez más veloz, en forma directamente proporcional al aumento de la descomposición.La realidad obedece siempre sumisamente, y se tardará mucho en develar sus propiedades y es por ello que subestimamos la gravedad del impacto, el cual, sin embargo, llegará tarde o temprano.
Cuando un copo de nieve choca contra un montón de otros copos de nieve, el modo en que esté organizado el terreno es lo que determinará si se produce un alud.
viernes, 3 de diciembre de 2010
EL CONTAGIO
.... ( O MUCHAS FORMAS DE EVITAR SER UN IMBÉCIL )
Una persona escribe una reseña en un blog.Otra la lee y escribe un comentario utilizando los mismos argumentos.O simplemente utiliza “Copiar” y “Pegar”. Enseguida tenemos varios cientos de reseñas, que en realidad se reducen, por su contenido, a no más de dos ó tres, porque hay mucho solapamiento.
De la misma forma, una persona puede situarse por delante del resto por razones completamente aleatorias, pero como nos gusta imitar a los demás la seguimos en manada…
Se subestima muchísimo la realidad masiva del contagio.
El deseo de imitar es un factor muy fuerte de nuestra vida no sólo en los niveles superficiales y generales que acabamos de mencionar sinó también en los más profundos.
Son muy escasos nuestros pensamientos y sentimientos independientes, y cuando se presentan sólo como reacciones no están por lo tanto libres del Patrón establecido, puesto que no hay libertad en la acción.
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