RECUPERAR LA VISION PERFECTA

RAYANDO EL SOL...

El increíble invento del israelí Zeev Zalevsky parece ser una bisagra, un antes y un después para devolverle a nuestros ojos sus habilidades perdidas a causa del cansancio visual o presbicia, disfunción que adquiere mayor dramatismo en quienes además son cortos de vista.
Insólitamente, el invento de este investigador consiste en RAYAR la lente de las gafas (¡!), algo que a primer lectura parece estar destinado a burlarse de quienes buscan afanosamente recuperar su capacidad de enfoque perdida.
Sin embargo, el sistema funciona: permite ver con idéntica claridad la luz de cualquier objeto entre los 33 centìmetros y el horizonte, a un corto o largo de vista por igual.
Zalevsky grabó sobre una lente común una cuadricula de 25 estructuras semi-circulares de 2 mm.de diámetro conteniendo dos anillos concéntricos cada una de un micrómetro de profundidad y unas pocas centenas de micrómetros de ancho.
Los anillos interaccionan con la fase de las ondas de luz que pasan a través de la lente, y producen patrones de interferencia constructiva y destructiva, a los cuales el investigador, en lugar de un punto focal único, les opuso un canal axial de interferencia constructiva perpendicular a la lente atravesando cada una de las 25 estructuras, logrando que la luz, tanto de los objetos cercanos como la de los distantes, tengan un enfoque perfecto.
Quince voluntarios con diferentes inconvenientes visuales ( hipermétropes,miopes y con problemas de astigmatismo ) probaron con un 100 % de éxito los lentes.
Zalevsky ahora busca adosar el sistema a los teléfonos celulares.
Este genial invento dejará obsoletos los lentes bifocales y las gafas recticulares, por tener una muy superior eficiencia y una resolución espacial impecable.
Una limitación real es que las lentes no pueden moverse con el ojo para mirar en diferentes direcciones, por lo cual el efecto enfoque se perdería en las zonas entre los círculos, pero Zalevsky explica que el ojo aprende a llenar los vacíos entre una estructura grabada y la siguiente y puede generar un efecto continuo sin inconvenientes.
Detractores de este sistema basado en interferencia de patrones aducen que el mismo reduce el contraste en las imágenes, y que ante una reducción de contraste muy grande, el cerebro no siempre sería capaz de interpretar la información recibida.
Zalevsky responde que de ninguna manera será un problema la pérdida de contraste porque el ojo humano es muy sensible a la luz de baja intensidad y el cerebro responde a la luz logarrítmicamente, nó linealmente, por lo cual se adaptará sin dificultades compensando los efectos de falta de contraste.